MonteJurra Num 3 22 29 Noviembre 1964 (PDF)




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P O R T A D A

S. A. R.
DOÑA MARÍA TERESA
DE BORBON - PARMA

Foto J U A N VALLAURE

En la portada sonríe la Infanta
María Teresa, como siempre. Ella
e s así, y con esta sonrisa trabaja
eficazmente en la preparación del
Congreso Eucarístico Internacional
de Bombay, apoteosis divina en
aquella tierra infiel, de castas y
desigualdades sociales. Bella misión para una encantadora Infanta
española, allí donde evangelizó San
Francisco Javier, cuyo nombre tiene, en su caso, especiales evocaciones.

EDITORIAL

U f O S I M SEI CAMPO
La amargura en el campo español y en sus gentes es grande. Son
muchos los que lo abandonan, con su pantalón de pana, su maleta de
madera o su hatillo al hombro, esperando en las estaciones para cambiar de destino, sea en España o pasando la frontera. Ya sabemos que la
población del campo es excesiva y que es preciso reducir el censo agrario e incrementar el industrial. No Ignoramos que en los tiempos actuales hay hasta un espejismo por la industria. Pero no seríamos exactos
si solamente pusiéramos esas causas como motivadoras del absentismo.
Hay que añadir otra muy fundamental, que enunciamos así: El campo
español no está en las condiciones que debiera y los pueblos tampoco.
Y esta conclusión la confirma el dato de que los agricultores que continúan en sus faenas, sea por lo que fuere, más fe, más empeño, más
apego al terruño, o menos decisión para viajar y probar fuerzas, o de
todo u n poco, esos tampoco están contentos, e n lo que razonablemente
hay que estarlo. Y no nos referimos exclusivamente a los jornaleros sino
que también a los propietarios.
No somos especialistas, pero a la vista está que las causas del descontento son complejas, no solo de productividad, sino de ordenación de
la propiedad, de ordenación de los cultivos y de los mercados.
Todo esto quiere decir que con parchecitos no se arregla este problema económico y humano, sino que hay que atacarlo seriamente y a
fondo, con criterios económicos, evidentemente, pero teniendo presentes
principios sociales fundamentales y un sentido humano. La cuestión
agraria clama y es preciso darle cara, echando mano de quien se atrea a ello y esté capacitado.
El Jefe del Estado lo ve así. Recientemente h a recibido en audiencia
al Instituto Nacional de Colonización, en los veinticinco años de su fundación, poniendo de manifiesto la labor de ese Organismo que ha sido
grande, aunque, podemos añadir que hubiera sido mayor si contara con
más equipos y medios para llevar a cabo su obra. En esta oportunidad,
Franco h a dicho: "Llevamos a cabo todas las evoluciones necesarias para
transformar el campo español". En esas mismas fechas el Ministro de
Economía, señor Gual Villalbi, h a hecho unas declaraciones en Sevilla,
manifestando a los periodistas que "el Gobierno fundamenta su política
económica en la atención especial a la agricultura, por eso se está estudiando cómo se puede hacer una reforma a fondo estructural e institucional en el campo".
Pues bien, camino de esa reforma en estudio, se nos ocurren dos cosas,
que a primera vista puede parecer que no tienen importancia,
porque no se refieren a medidas económicas, pero que entendemos que
son interesantes por la repercusión que e n la Economía suele tener la
manera de atacar los problemas.
Es la primera, la de que n o incurramos ahora, por contraste, en una
fiebre planificadora de arriba abajo, con su consiguiente "burocracitis",
que sería una plaga para el campo.

MONTE JURRA
D I O S - PATRIA - F U E R O S - REY

SEMANARIO DE ACTUALIDAD
Precio 8 ptas. — Año I - N.° 3 — 22-29 Nov. 1964

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Dirección y Administración: Apdo. 254. PAMPLONA
Impr. en Gráficas Navarras, S.A. - Manuel de Falla, 3
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D. L. N A 205 - 1963

Y es l a segunda, l a de que se oiga, participen e intervengan los agricultores en la reforma, así como que se fomenten Instituciones de agricultores que regulen y ordenen sus intereses, poniéndoles tope solamente en el caso de que desconocieran los de los demás y los lesionasen, y
Comentando su iniciativa. En este País de solera cooperativista, vamos
a ver si surgen Corporaciones o Asociaciones de agricultores que con
pleno conocimiento del problema o problemas agrarios, sobre todo los
de ordenación de cultivos y mercados, den soluciones eficaces. Vamos a
despertar el adormecido espíritu de clase, en el correcto sentido social
de la palabra, y que velando por sus intereses esas Instituciones aporten su esfuerzo y acierto al bien común. Entendemos que esto es perfectamente posible.
Inmediatamente se nos hablará de los Sindicatos. Si ese puede ser
el cauce eficaz, sea, pero ahí está el problema sin solucionar. Quizá fuera conveniente que surgiera de abajo hacia arriba un movimiento de asociación de los agricultores, en el sentido que antes hemos dicho, y que
desde el Gobierno se fomentara ese proceso.
Decimos todo esto con la mejor buena voluntad y espíritu de aportación de ideas, buscando la eficacia práctica e institucional, siempre con
el criterio de hacer participar a la Sociedad en la resolución de sus problemas.
MONTEJURRA

EL VASCUENCE
p r i m e r a pied r a
Se h a planteado en la prensa de San Sebastián durante estas últimas semanas la
cuestión de la supervivencia del vascuence.
Dio pie a esto el señor Zatarain, ganador
del primer premio de Poesía en las Fiestas
Euskeras que a principios de septiembre se
celebraron, el cual mostraba su pesimismo,
respecto al porvenir de la vieja lengua, en
unas declaraciones al diario «UNIDAD».
Apuntaba dicho señor la conveniencia de
que el vascuence sea declarado lengua protegida, a fin de conservarlo vivo durante
largo tiempo. A raíz de esto, «El Diario
Vasco» propuso un cuestionario de seis
preguntas a una serie de personas peritas
en el tema, a la cabeza de las cuales se hallaba don Ramón Menéndez Pidal, cuyas
respuestas se han ido publicando en las columnas de dicho periódico.
A los carlistas en manera alguna les puede ser indiferente este asunto. Bastaría la
consideración de que millares de voluntarios de Don Carlos fueron a la guerra y a
la muerte con la lengua vascongada en los
labios, para que tengan cariño y respeto al
milenario idioma. Y se lo tienen. Pero es
que existen además motivos todavía mayores para que el Carlismo esté alineado,
por razón de principios, en la defensa del
vascuence. Son éstos su filosofía política
y su concepto histórico de España. Precisamente lo que le hace mantener tesoneramente en su programa la organización foral
del país.
Acaba de cumplirse un siglo —el pasado
25 de octubre— de la Ley que pretendiendo confirmar los fueros de Vascongadas y
Navarra, vino a herirlos de muerte con el
añadido, al parecer inocuo, que rezaba «sin
perjuicio de la unidad constitucional de la
Monarquía». Y aún los hubieran matado
los liberales en el momento, a no ser por el
temor a que se prolongase la guerra carlista, t e m o r que contribuyó a conservar los
fueros, aunque mutilados.
El estrambote a que me he referido llevaba implícito un concepto doctrinario de
la unidad española que estaba en contradicción con la unidad real. La unidad política
de España existía desde que la hicieron los
Reyes Católicos. Y España contaba con su
Constitución, aunque no estuviera escrita
en un solo Código que así se denominase.
¿Cómo, si no, habría podido vivir sin estar
constituida, precisamente en la época más
eficaz y brillante de su Historia? Contaba,
en efecto, con su Constitución natural, forjada lentamente a lo largo de los siglos,
contenida en diversos cuerpos legales que
eran expresión fiel de cada uno de los va-

rios elementos político-sociales que formaban juntos la Corona de España. Venir hablando a mediados del siglo X I X d e la «unidad constitucional de la Monarquía», era
una pedantesca actitud de hombres que con
la superstición de la letra demolían la fe en
el espíritu. Yo n o vacilo en calificar a la
susodicha Ley, de atentado contra España.
Porque confundían unidad con uniformismo, cuando son cosas diferentes que a
menudo resultan antagónicas. Aquellos mediocres y cicateros legisladores del año
1839, entre los que brillaron por su ausencia los estadistas, desconocían cuál era la
entrañable constitución histórica de España y la raíz profunda de su unidad. Y se
figuraban, en su delirante tozudez de doctrinarios, que podía ser más fuerte lazo de
unidad la letra d e una Constitución que el
espíritu de una Historia. Sin advertir, además, que la unidad de España contaba ya
siglos de existencia y tenía por expresión
nada menos que la Corona.
Ocurrió, sin embargo, que prevaleció el
parecer de quienes entendían que la unidad
consiste en el uniformismo, y que éste refuerza las instituciones. Lo cual supone una
lamentable equivocación, porque la unidad
es cosa natural y tiene fuerza de suyo,
mientras la uniformidad, por artificiosa e
impuesta, es de suyo frágil. Y pocos países
habrá menos hechos que España para uniformidades, c o m o muy bien dice ahora
nuestra propaganda de turismo; y lo es,
entre otros motivos y razones, porque se
trata de un país que parece el maravilloso
catálogo de la variedad.
Creo que entre las graves tragedias políticas que el afán imitador del liberalismo llevó a cabo en España durante el siglo XIX,
una de gran bulto fue la que acabó con los
Fueros. Desde el punto de vista del Derecho, fue una injusticia. Desde el punto de
vista político fue un error. Y desde el punto de vista d e la unidad, una miserable
bomba de efectos retardados que iba a dar
lugar, años adelante, a una grotesca zarabanda de separatistas y separadores. Los legisladores de 25 de octubre de 1839 fueron tristes sembradores de vientos que legaron tempestades a las generaciones posteriores. Menguada herencia por lo tanto,
digámoslo con claridad.
Claro es, en consecuencia, que la adscripción del Carlismo a la defensa de las tesis
forales lleva implícita la defensa del vascuence y el apoyo a las medidas necesarias
para su conservación. Porque, aparte de
cuanto en estas líneas llevo dicho, es menester tener en cuenta lo que representa el

por J u a n J o s é

Peña

vascuence como valor originario. No se trata de opiniones y pareceres, sino de hechos.
Los cuales dicen que ese idioma es el más
antiguo de España, muy anterior en nuestra Península al latín y a las lenguas celtas,
por lo cual constituye un testimonio vivo
no ya de la protohistoria sino de la prehistoria hispánica. Por donde n o me parece
que encierre exageración alguna el estimar,
dado el estado actual de los conocimientos
relativos a nuestro pasado más remoto,
que el vascuence es la primera piedra conocida de la historia de España, junto C O J ^
las pinturas de Altamira y otros m o n u m e ^
tos similares. Tiene así, en suma, categoría
de raíz fundamental.
H a y más, todavía. Porque en la apasionante cuestión del nacimiento de Castilla y de su romance, en la alta Edad Media, jugaron importante papel gentes de
lengua vascongada. Surgió Castilla,. como
oscuro y pequeño Condado dependiente
del reino de Asturias, en el reborde septentrional de la meseta que toca al valle del
alto Ebro y en las tierras de éste. Nació
de la conjunción de elementos humanos
formada por cántabros, autrigones y restos
de población goda, mal o nada romanizados, en unos parajes geográficos en algunos
de los cuales, si no en todos, se hablaba
entonces vascuence ciertamente. De aquel
«pequenno ryncon» —como le denomina
el Poema de Fernán González— brotó la
singular personalidad de'Castilla cuando flf
Reconquista se hallaba en sus albores, y
allí echó a andar el romance castellano,
también singular entre los romances españoles, para constituir en la Península una
cuña lingüística muy diferenciada en la
que los filólogos registran marcadas influencias de la pronunciación propia del
vascuence.
T o d o esto da al viejo idioma una enorme categoría como soberbia pieza histórica
y cultural. Constituye una de las raíces d e
España. El hecho de que aunque en acusado retroceso se conserve todavía, debe ser
aprovechado para desplegar todos los medios hábiles, y de positiva eficacia, conducentes a mantenerlo lozano y en pie. Porque es un haber único en su género, que
forma parte del patrimonio español. Y España tiene obligación de cuidarlo con atención y celo como gran reliquia que es en el
orden histórico y como hermosa presea que
es hoy en el orden cultural.
Mirar de otra manera al vascuence, a través de absurdo forcejeo de filias y fobias
provocados por los aparatosos santones de
1839, es como irse por los cerros de Ubeda.

LA

INDIA

MI ENCUENTRO CON CHISTO »
Cuando Israel Zolli, Gran Rabino de Roma, experimentó cuanto
hizo aquel inolvidable gran Papa
Pío XII, por él y por los judíos, protegiéndolos precisamente de la persecución alemana, hoy tan absurdamente calumniado en la obra teatral
«El Vicario», se convirtió al catolicismo y bautizó, tomando el mismo
nombre que Eugenio Pacelli. Entonces Eugenio Zolli escribió: «Mi
encuentro con Cristo».

|

Es curioso que en el afán irresis|'b!e de unión, de los dos últimos
' a n t o s Padres. Pío XII y Juan
XXIII, sea Pablo VI el ejecutor de
aquellos deseos, marchando con gesto insólito de «Papa Peregrino» a
Palestina, para con los judíos y ortodoxos, humildemente, juntos, recorrer la tierra de Jesús.
Si vivieran hoy Ganhdi y Rabindranaz Tagore. ante el «Papa Misionero» quizá llegaran a bautizarse
con el nombre de Pablo, porque
dentro de unos días verían de forma tangible la inmensidad del amor
de la Iglesia y del representante de
Cristo, por los humildes, por todos
los pueblos, sin distinción de razas
ni de color, sin preguntar sus creencias, pretendiendo sólo aliviar sus
preocupaciones o su dolor.

El pueblo hindú, es profundamente religioso, ven a Dios en la creación, en todas las cosas, y de aquí
el imponente respeto que sienten
por un árbol o río, vaca u hormiga.
•Por ello tienen la forma de expresión de no violencia, ante el ser humano y los animales.
El amor a la vaca es singular debido a los grandes servicios que
ellas le prestan: «Los años que el

que mate una vaca habrá de pasar en
el Infierno, en medio de tormentos,
es igual al número de pelos que haya en el cuerpo del animal muerto».
En la poesía religiosa, en el Ramakrishna (Visnú, el Dios conservador del Universo, tiene sus encarnaciones en Rama o Krishna) se
lee:
«Por la noche ves muchas estrellas en el cielo, pero ya no las
encuentras al nacer el día. ¿Podrás
por ello decir que durante el día,
no hay estrellas en el cielo? Tampoco puedes decir entonces que no
hay Dios, porque tú no lo ves en
los días de tu ignorancia. Una sola
y misma cosa, por ejemplo, el agua,
es designada con nombres distintos
por distintos pueblos. Unos la llaman «water», otros «eau», otros
«aqua» y otros a su vez la designan
con el nombre de «pañi». Así también es d e n o m i n a d o : Dios por unos,
por otros Alá, Jehobá, Krishna o
Brahmán. De la misma manera que
se puede llegar hasta el tejado de
una casa por medio de una escala,
de una caña de bambú o de una
cuerda, así existen también múltiples medios y caminos para acercarse a Dios y cada religión del
mundo muestra uno de estos caminos. Las distintas confesiones de fe.
no son más que distintos senderos
para ir hacia el Todopoderoso... Algunas personas derraman mares de
lágrimas porque no les ha nacido
un hijo; a otras les consume el pesar, porque se les ha vedado el acceso a las riquezas. Mas ¿cuántas
lloran en realidad y se afligen...
porque no han visto a Dios? El que
lo busca, lo encuentra; el que con
el más profundo anhelo llora porque no encuentra a Dios, ése ya lo
ha encontrado. En verdad, en verdad te digo, que el que suspira por

Un muchacho hindú recibe como señal de madurez
religiosa el "hilo sagrado" de manos de un sacerdote
que ostenta en su frente el signo del dios
Vishnú.
Vishnú es el "penetrador"
y, al mismo tiempo, conservador del universo. — Abajo: Suntuosas torres de un
templo de Shiva construido en el siglo XIII.

hallar a Dios, ése lo hallará. Ve y
busca en tu propio cuerpo. Procura, tres días seguidos, ocuparte en
la búsqueda de Dios y puedes estar
seguro de tu éxito...».
Un pueblo que así escribe ¿no
estará pronto para abrazar a Jesús?
La tradición dice que el apóstol
Tomás, llevó el Evangelio, predicándolo. Parece que hace 1.600 o
1.900 años, conoció la India la religión cristiana. Y en este sorprendente país, hubo en tiempos pretéritos, los llamados cristianos de Santo Tomás.

Nuestro San Francisco Javier, el
«Divino Impaciente» predicó y bautizó infatigablemente. En Goa quedó su cuerpo incorrupto y este es
nuestro gozo por el triple motivo
de navarros, de españoles y católicos, al ver que la semilla de Javier
sigue fructificando. '
El Congreso Eucarístico de Bombay puede con el Sol de la Eucaristía, en su triunfal apoteosis, encender muchas almas y dar luz irradiando claridad en las mentes del
pueblo hindú.
«AITAREN TXOKO»

Desde el 24 de Septiembre, la princesa María Teresa
t r a b a j a

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I N T E R N A T I O N A L
B O M B A Y , NOVEMBER 2 8 -

ti, N o . 19

E Ü C H A W S T I C

D E C E M 8 É R 6,

CONGRESS

1964

SATURDAY, OCTOBER 17,

1964

OF H I S T O R I C H O U S E O F B 0 Ü R B 0 N

OIT

WORK

FOR
Cai«nal {hará

EÜCHARISTIC

COMES

CONGRESS

lo Ha KimwiKC 1 TARÑCD I « , awl * í PrtKc »mv«l i:

af. .^iwopc-'s ítiost | pem^ftóffriemi oí Pope Mus XÍI, thc

ly, her fatiicr Princa Xavier de Bourhon de
Paraia eombig froní the Spanisn Bourbon* and her
üKrther t'rom tlie Ffçnch. By mairmgc the Bourbon*
are coruiecieJ v\ih practically every onc of EunjpeV
royaí familia. The Prineess's grandntoiher w»s
a Rrafpmra oí PortugaFs royal honse. One of her
aunts oo her father'sside vas roarried lo Kmg Fcrdinand of Bulgaria, anotfier to Kart, Emperoi of
Au&iria and KAng of HiuLgary. One of her úneles
married Príncess Mari», siaier of Kiag Humberto oí"
Jtóly ; and her brother Prínec Charles Hugo reeenUy
married Princesa Irene of the Nethcr¡a¡id>,
Bur UT g»r* thin of ber aohle birth the f'r incess is
prpod of ítw fact thai her famüy has gíveo maay dfctiiagaWied griests and pretales (o the Cluirdi atfct that
*<>«^*rfih«fflh*VETM><mra^^
.
FATHER, PRLNCE XAVIER,
:

Her Eathcr, Mis Koyal -Highncsa Priaec Xavier
de Bourbon de Parma ÍK a wcli-kncw» and bigoly
csteemed persomUty »i«tdtitg great raíluenoe in
A ehar?stR& ¡T'SPRSSTSII&a <of ..HÍT Itoyal ttífeiifiís.*
Prísneess Mari» T*t*SW »í BiHtrít#«i and Parara whw has worid afiairs. whkh he has ittway% escm»ed on
tbeúdc of jKraoe. Tu I9IS h* watt instrumental,
K.iuiiuwt-d sur w-rm'í* f*> Orinal ..<ifaeia* lawfc.
wrtli thc telp of hii áster, wif« of lite ABStrian Empcror
T» aay. e»p*elíy ««¡ ti». MAL!" of ÍFET frtíera&Ü»»»!
Kari, and ha own intlucncc w.t!i the allied
fcaetar&fíe. i m»n>», OrgaíaVaíío»'.
l'rteefiss, wto.
am»íd Í» Botaba? «i tb<- *4tb OF Scptendwr, luí» naüom, in brin^iíg the :in»t witttí war. to a ipecdy
MOTBW

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trv YIJFTYAN TITMII-.I,.
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heatóy,
í I ¡ ••• -\~
NFULT.

¿Dónde está riostra Doña
María Teresa, la siempre presente, ahora que no se la ve...?
La respuesta me ha llegado
de donde jamás hubiera creído
que pudiese llegar: de Bombay.
El boletín oficial del Congreso
Eucarístico — «Bulletin of the
International Eucharistic Congress»—, en su número de noviembre, dedica a la princesa toda su página primera, con una
hermosa fotografía. No he q u e A
rido resistir la tentación de t r a ^ ^
ducirlo para ustedes. Dice así:

1 0 PAISE

PR1NCESS
TO

G r a c i a s

El «Boletín del Congreso Eucarístico

un comentario

Vol.

C a r d e n a l

Whtíe: engaged feí thts wori; «f tactey» Priaev Xat^s'
1 mu» amsted aad sent to the notorious cancentratioa
i eaat» of I>aehaa »berc
fcc
<wá»*ued to tí»"

KILHAIU

dustingfiotir, mannenand moráisforthe;
of thc Chrisüan wortd in the mould o
viriue and principie, as expres&ed in t
pfarasc " Notdettc obüge" she dtíq>lays
innocence which m combination. fñtíx
edocation—thf ha» stadied at thc Vrm
Madrid, París, O*.fo¡<s ímá PaaijXííussa, ,;.-,.!t..'!UÍ
in Phihnophy AAD PoHtícaJ Science, 3JÍÍ: SF>ÍKTKS
fotir languages ftueotry and accoRAPIWHMCTU»—she
is a good snortiwomtn, ^peciaSy at sváranung aad
sküng, and has a p i l ó t e 'licenco—ia all too rarc
among young women of HER gencratíon today.
She is a dedicated social worfccr with a high SENSB
of her resrxHnatbílíty ai a Catbolic aad a Christian.
as her decisión to eoroa oiit at her own expense to
work for the Cardinal aad the Congress testtfy.
She ha& traveÜed widety ra Europe and the America*,
but this is her firsi vítít to India- ** a kmg cherished
dreant come trae at last," she says.
Her Royal Highñe» has always boen attmeted
by thc callare of LADIA, abotit whicb there U a grcat
store of literatare m AÜ thc langusges *ith which
gheia familiar. •'!
very happy 10 tv twsre in íiidt*,**
«he Ü.-A LUID. *'&cd ateo proud that I can tendet
some -xrvnx lo thc 38th Iníernational Eueharistic
TI!

DOÑA M A R Í A TERESA, «EL
MAS D E S T A C A D O
VOLUNTARIO»
«Sin duda, el más
destacado
voluntario que desde los lejanos
mares ha ofrecido sus
servicios
a Su Eminencia
el
Cardenal
Gracias para trabajar en conexión con el Congreso
Eucarístico Internacional,
es S. A. R. ¡a
Princesa María Teresa de Borbón-Parma, descendiente
de una
de las más antiguas y distinguidas dinastías
de Europa,
que
condujeron
por centurias
tanto
a España como Francia en sus
días de gloria, y que
durante^
más de un siglo se han mezclado con otras dinastías
europeas.
La Princesa es una Borbón por
sus dos ramas. Su padre, el
Príncipe Javier de
Borbón-Parma, viene de los Borbones
de
España, y su madre, de los de
Francia. Por matrimonios
los
Borbones están conectados
prácticamente con todas las familias
reales de Europa. La abuela de
la Princesa era de la Casa Real
de Braganza de Portugal.
Una
de sus tías, por parte de su padre, casó con Fernando de Bulgaria', otra con Karl,
Emperador de Austria y Rey de Hungría', uno de sus tíos casó con
la Princesa María, hermana del
Rey Humberto
de Italia; y su
hermano el Príncipe Carlos Hugo, casó recientemente
con la
Princesa Irene de los Países Bajos.
Pero para la Princesa,
yor orgullo, más que su

su manobleza,

es el hecho de que su familia ha
dado a la Iglesia Católica distinguidos sacerdotes
y
prelados,
además de algún miembro elevado a los altares.
EL P R I N C I P E JAVIER,
P A D R E DE LA PRINCESA,
G R A N C A M P E Ó N DE LA
P A Z Y DE LA IGLESIA
Su padre, S. A. R. el Príncipe Javier de Borbón-Parma,
es
altamente conocido y estimado
en relación con los centros de
influencia
en cuyo
contacto
siempre ha vivido,
ejerciendo
presión en favor de la paz.



En 1918 fue el
instrumento
por el que se salvó su hermana,
esposa del Emperador
austríaco Karl, y su influencia
contribuyó a que las Naciones
Aliadas
precipitaran el final de la guerra. En 1936 contribuyó a la salvación de España con la aportación económica, y luego al logro de la paz en la guerra civil.
En 1940, en el momento
culminante de la segunda
guerra,
cuando Francia era invadida, el
Príncipe y su familia
permanecieron protegiendo
a las víctimas de la opresión y de la brutalidad nazis.
Durante sus trabajos de ayuda el Príncipe Javier fue arrestado y enviado al
tristemente
célebre campo de Dachau, donde fue condenado y encerrado
en la cámara de la muerte. El
Príncipe sobrevivió y su sentencia no se llevó a efecto al ser
ocupado el campo por las tropas americanas.
Firmemente asociado con cinco Papas y gran amigo del Papa
Pío XII, el Príncipe lia llegado
a ser un campeón de la Iglesia
y ha rendido servicios de incalculable valor a la Religión Católica.
S. A. R. es miembro de muchas importantes
Asociaciones
Católicas de ámbito
internacional.
S. A. R. LA P R I N C E S A
M A R Í A T E R E S A SE D E D I C A
A SU T R A B A J O SOCIAL CON
U N A L T O S E N T I D O D E LA
RESPONSABILIDAD
La Princesa María Teresa es
bonita y brillante, y lleva consigo la distinción de su noble linaje. Formada en la rígida tradición de una dinastía real, ejemplariza por su moralidad a la
aristocracia del mundo
cristiano, así como por sus virtudes y
principios católicos, que se expresan en la simple frase: "Nobleza obliga". Ella exhala una
sencilla
inocencia
combinada

con una alta educación. Ha estudiado en las Universidades
de
Madrid, París, Oxford y Pamplona y habla cuatro
idiomas.
Es, asimismo, una gran deportista, especialmente
en natación
y esquí, y tiene licencia de piloto, lo que es muy raro incluso
entre las jóvenes de esta generación. La Princesa llegó a Bombay el 24 de septiembre y vive
en el Stephen Hall, 23, Wodehouse Road,
Bombay».
TAMBIÉN
« T H E T I M E S O F INDIA»
«The Times of India» es el
diario más fabuloso de la fabulosa India. Un rotativo que da
ciento y raya a la inmensa mayoría de los europeos, por su tirada, por sus talleres, por su
prestigio y por sus firmas. Polux es uno de los más renombrados comentaristas de este
periódico, y es Polux precisamente quien a nuestra Doña
María Teresa dedica una columna, en la que inserta, además,
una fotografía.
El comentario, traducido, dice así:
<iEn otros tiempos, la Infanta
—«Infanta» lo escribe en castellano— María Teresa de Borbón-Parma, habría aparecido seguramente con un cetro en la
mano y con miles de personas a
su alrededor, a quienes
manejar
y ordenar, pero ahora, en nuestros tiempos
igualitarios,
ella
prefiere ser la sencilla y graciosa dama que, en verdad, es.
Cuando he visto a la pequeña
y radiante princesa española en
nuestra ciudad, la última semana, mi impresión fue de senci-

llez, gracia y una profunda cultura. No se encuentra en ella el
más pequeño vestigio de un "carácter
imperial".
La princesa lleva en sus venas
sangre de los famosos
Borbones,
una de las más antiguas
dinastías de Europa, cuya
influencia
se ha dejado sentir a la vez en
España y Francia. Su abuela
pertenece a la familia real portuguesa, los Braganza, y su hermano Carlos Hugo se ha casado
hace poco con la princesa Irene
de Holanda.
De los un tiempo
patrimonios
de su estirpe real, la Princesa
María Teresa conserva sólo un
gran interés por la religión y algunos castillos en España, Francia y Austria.
Actualmente
se encuentra en
Bombay como organizadora del
próximo
Congreso
Eucarístico
Internacional. La princesa puede
trabajar en cuatro lenguas europeas, pero su misión
representa
algo más: será miembro
muy
activo de un departamento
al
que acudirán visitantes de todo
el mundo:
"Mi trabajo será el
de traducir los boletines en lengua inglesa al español y francés.
Además, asisto a las clases para
guías e intérpretes del Congreso».
Educada en Madrid, París y
Oxford, la princesa ha adquirido grandes conocimientos
del
arte y la cultura
de
España,
Francia e Inglaterra.
Graduada
en Filosofía y Ciencias
Políticas,
la princesa puede manejar y saborear a Platón y Picasso a un
tiempo y se emociona con "las
hermosas
pinturas
de Dalí y
sueña con las creaciones
de
Dior".

Pero no puede cocinar:
"Eso
es un arte y yo no lo poseo".
(¿No obedecerá esto a la época
en que vivimos, de
alimentos
envasados,
hoteles en señe y
moteles de
carretera...!).
Pero a su carácter le va esta
vida moderna, pues está adornada de numerosas
cualidades
simpáticas, entre las que no es
la última su habilidad para pilotar aviones: "He realizado 150
horas de vuelo en aparatos "Tiger" y "Piper" y he volado para
todos los Clubs aéreos de España".
Ahora está ansiosa de visitar
Goa: "Yo he visto el Castillo
de San Francisco Javier en Navarra, donde nació el Santo, pero ahora espero con impaciencia
el momento
de contemplar
su
cuerpo incorrupto en la Exposición de la Vieja Goa"r>.
U N R E F R Á N V U E L T O AL
REVÉS
C o m o ustedes ven, Doña María Teresa sigue en la brecha.
En la brecha y sin luz ni taquígrafos, pues hasta ahora, nadie
en España, excepto los hermanos de S. A., habían sabido de
su sacrificio.
El viejo suspiro del poema cidiano, ya hecho refrán, habría
que volverlo del revés, c o m o un
guante:
— ¡Oh qué buena Señora si
tuviese buenos vasallos...!
P o r q u e , sinceramente, no
siempre estamos a la altura de
su pasión de servicio.
Javier María

PASCUAL

Si fracasa el Mercado Común...
i!

Europa puede convertirse en un protectorado

Es igual la clase o el rango
de la persona consultada en
torno al M E C . Pues ya se trate
de obreros, agricultores o industriales todos los consultados
en París sobre el tema son
unánimes en su contestación:
«—No podemos creer que pueda morir el Mercado Común.
Su entierro constituiría para
Europa catástrofe de ámbito
continental. De hecho Europa
pasaría a ser un protectorado
con zonas de influencia dependientes de Washington y Moscú».
Esta es la realidad según la
tesis de innúmeros hombres residentes lo mismo en el Benelux como en Francia a cuenta
de la crisis que hoy padece el
M E C como secuela de las diferencias entre Bonn y París.
En rigor la perspectiva de la
secesión de los Seis en otros
tantos Estados dedicados a hacerse la guerra de tarifas supondría el final de todo cuanto se ha estado construyendo
desde que R o b e r t Schuman
lanzó, en mayo de 1950, su histórica declaración sobre el tema.
Si hay pues una decisión que
está vedada y vetada a los responsables de París y Bonn es
la de boicotear el Mercado en

aras de un presunto interés nacional.
— ¿ C ó m o pretendería Erhard
presentarse a una elección general después de enterrar el
Mercado Común, y sin celebrar
la negociación Kennedy por
falta de equipo en la Comunidad?
Por otra parte—¿qué fórmula de recambio tiene De Gaulle
si Alemania se marcha y los
agricultores franceses
tienen
que volver a la vieja época sin
salida para sus productos y sin
perspectiva alguna para el porvenir?—
La realidad es que hoy no
existe en Francia ni una sola
fórmula de recambio que permita a París enfrentarse con el
porvenir en caso de que el
M E C fracase como resultante
del pleito Bonn París.
Tanto los agricultores franceses como los industriales alemanes y los técnicos europeos
todos no pueden en modo alguno asumir la responsabilidad
de hundir el Mercado en la actualidad.
Cuando el 14 de enero del
año actual De Gaulle dando el
portazo de Bruselas al Delegado inglés declaró que Inglaterra no podía ingresar en el
Mercado no hizo sino iniciar la

carrera que ahora lleva a término al formular su veto a la participación de Alemania en la
Fuerza multilateral.
Las cosas por su nombre y
la brutalidad del Eliseo al poner su veto a la fuerza multilateral también.
Lo de menos es ya el precio
del cereal y la igualdad de tarifas para el Mercado Agrícola.
Lo que cuenta en verdad es la
decisión gaullista de librar su
batalla contra Washington con
una táctica digna de la época
de Metternich, pero que hoy
se halla tan periclitada como el
arco de flecha frente al armamento nuclear.
LA G U E R R A SE H A DESAT A D O EN EL T E R R E N O
COMERCIAL
Hasta qué punto Francia no
puede permitirse el lujo de luchar aislada contra los colosos
del exterior ha quedado demostrado estas semanas en dos capítulos determinantes para la
industria francesa.
Uno es el capítulo del automóvil. Otro el de la aviación.
Entre ambos la industria del
vecino país se encuentra ante
la alternativa de capitular sin
condiciones o seguir, como has-

Por Juan de Echaide

ta ahora, al socaire de la defensa que supone el armazón
del M E C .
En cierto modo hasta ahora
la lucha sólo se ha librado con¿
guante blanco y sin que la san-"
gre haya hecho su aparición.
Mas las cosas se han planteado
de tal modo que la industria
americana goza de tan soberbia
situación como para iniciar la
ofensiva partiendo de posiciones fortificadas situadas dentro
de Europa continental.
Tales posiciones han venido
preparándose desde hace varios
años y han culminado en la adquisición de las firmas de automóviles «OPEL» en Alemania
y «SIMCA» en Francia amen
de otras varias fábricas construidas en el Benelux.
Con esos complejos situados
en terreno europeo, donde trabajan obreros europeos p e r o
donde se construye con patentes americanas, la industria
U S A puede competir a precios
que ninguna firma europea podría resistir.
Ahora bien. La solución p o sible a juicio de los técnicos,

Se ha
desatado
la
guerra
en el
terreno
comercial
de los industriales y de los que
. h a n estudiado el mercado USA,
fsó\o puede llegar de la colaboración más estrecha entre las
firmas italianas, francesas y alemanas de modo que se reduzcan el número de prototipos y
se incremente el ámbito del
mercado continental. Esto es.
Precisamente lo contrario de lo
que ocurriría si fracasa el Mercado Común.
Si en el campo del automóvil la perspectiva es desastrosa
pues se prevé en Europa un excedente de dos millones de coches nuevos invendidos para final del año próximo, otro problema gravísimo se presenta en
el capítulo de la aviación.
Desde hace varios años los
ktécnicos de las compañías de
aviación francesas e inglesas
vienen colaborando en la construcción de un tipo de avión
que pase de un salto de los
1.000
kilómetros
hora
del
Boeing actual a los 2.400 que
supondría el «Concorde» a
construir.
Todos los problemas que tan
fantástico salto implica en el
campo de la experimentación y
la realización se han superado
con éxito total.
Fueron construidos tipos especiales de aleación que han
trabajado más de 50.000 horas a
temperaturas de 150 grados superiores a la que se creara con
la velocidad mencionada.
Por fin el tipo soñado figura
ya en las mesas de los proyectistas de la Sud Aviation. Quedando a cargo d e los franceses
la construcción de todo el aparato excepto el m#tor. Este se-

rá construido por la firma Bristol.
Si como índice de muestra
basta un botón diré que en la
empresa se hallan complicados
más de CIEN MIL obreros de
las empresas pertenecientes a
la técnica de la aeronáutica del
citado grupo anglo francés.
No obstante como si las circunstancias quisieran probar la
consistencia del proyecto común, ahora los británicos quieren estudiar de nuevo el pro
yecto ante el coste desmesurado de la aventura.
Sucede, en efecto, que el nue-

vo gobierno inglés se encuentra
con un déficit en su balanza de
pagos que excede de los dos
mil millones de dólares para el
actual ejercicio anual.
Ante pareja perspectiva y ante el peligro de una pretensa
desvalorización de la libra esterlina el equipo inglés ha optado por podar los gastos y se
dispone a ver hasta qué p u n t o
es indispensable la construcción
del «CONCORDE».
Usted se preguntará el impacto que la decisión británica
puede tener sobre la industria
de aviación francesa. El impac-

to podría tener consecuencias
desastrosas pues los franceses
no tienen una sola fábrica capaz de construir los motores a
reacción supersónicos necesarios para el avión «CONCORDE».
Sin motores supersónicos
Francia no puede proseguir la
construcción del «CONCORDE» con lo cual el campo, quiero decir, el espacio aéreo se
quedaría libre para la competencia americana que pretende
controlar toda la aviación civil
mundial.
Pasa a la página 12






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