MonteJurra Num 31 Octubre 1967 (PDF)




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ELECCIONES A PROCURADORES EN CORTES

TRIUNFO CARLISTA COMPLETO EN NAVARRA Y GUIPÚZCOA E INDIVIDUAL
EN OTRAS PROVINCIAS

D. José

Ángel

Z u b i a u r y D. A u x i l i o
G o ñ i , Procuradores
t r i u n f a n t e s por
Navarra.

Navarra antes del 36 era Carlista; en la
Cruzada, con las armas, demostró masivamente

su ideología

tradicionalista. En

la primera ocasión popular, 1967, con los
votos familiares, ha demostrado que padres, madres e hijos siguen siendo carlistas.
Navarra sin Universidad y con Universidad,

continúa, gracias a Dios, carlista.

Antes y después del Concilio, con ciega
obediencia al Vicario de Cristo, sigue carlista.
Navarra, para bien de España,
con firme unidad.

continúa

Pemán v i n o a Pamplona c o m o a m i g o de la U n i v e r s i d a d . . . de Navarra; proclama s i e m p r e
su a d m i r a c i ó n por los Requetés. En la f o t o se e n c u e n t r a el día 8 en la Plaza de t o r o s de
Pamplona; pudo comprobar a d e m á s con su p e r s p i c a c i a que dos días más tarde Navarra
daría el t r i u n f o a dos Procuradores carlistas l e g i t i m i s t a s de la M o n a r q u í a C a t ó l i c a , Trad i c i o n a l , Social y 'Representativa de Don Javier de Borbón-Parma.

"Los cuarenta de Artajona",
"los cuarenta de Ayete"
y la concurrencia de pareceres
Lucio del Alr.mo ha e s c r i t o un a r t í c u l o , en el cual aborda y c o m e n t a la
reciente designación del Jefe del Estado de cuarenta personas para consejeros nacionales.
El c o m e n t a r i o de del Á l a m o t i e n e una i n t r o d u c c i ó n que no rima con las
líneas s i g u i e n t e s de su e s c r i t o , mirando las cosas en buena lógica y con
la historia en la mane.
Nos p e r m i t i m o s
moralejas:
¡Bendita sea la hora en que María Santísima, vino en carne mortal a Zaragoza!
Irresistible la dirección a la Basílica baturrica, en octubre, de aquí que nuestra
portada sea homenaje y oración a la Virgen, que se apareció a Santiago, en
carne mortal, antes de su Asunción a los Cielos, en las orillas del Ebro.
Por lo tanto desde los tiempos primeros de los Apóstoles y con Santiago evangelizando España, tenemos la predilección de Nuestra Madre a la tierra patria.
El templo, de perspectiva bellísima, tiene ya sus cuatro torres. Se acabó con
el dicho popular: «cuesta más que las obras del Pilar». Después de nuestra Cruzada
una señora generosa, costeó la construcción de las torres que faltaban.
La plaza de las dos Catedrales, con los edificios oficiales, nuevo Ayuntamiento,
porches, enlosados, e t c . . ha ganado en dignidad y proporción estética.
En la portada, un sargento de la Guardia Civil, con tricornio de gala, da guardia
do honor a su Patrona.



Dos sólidos pilares, para España: la Virgen y el Benemérito Instituto, creado
• el pamplonés Duque de Ahumada.
Recientemente, se ha dado en todas las poblaciones españolas, una película,
«El Primer Cuartel», exaltando la vida y virtudes de la Guardia Civil. Por cierto
que el protagonista, actor Suárez, para ajustarse lo más posible al gesto de
caballero insobornable, de militar sacmicado, de hombre de honor, encarna en un
carlista, que después del lamentable abrazo de Vergara, queda incorporado al
Instituto de la Guardia Civil, recientemente creado.
La Raza Hispana, celebra el día 12 su fiesta, porque la Virgen del Pilar, es su
Patrona y Protectora.
Para los que dicen que la «Pilcrica» no hace milagros, como si fuera poco
mantener la fe de todo un pueblo tan extendido, les citaremos el hecho inexplicable, portentoso, ocurrido en julio del 36, que ignoramos por qué no se ha
divulgado más.
Zaragoza se había levantado militarmente, el 18 de julio, pero no tenía todavía
asistencia popular el pronunciamiento.
Dos hechos cambiaron la faz del magnífico pueblo aragonés. Uno fue la llegada
del Tercio de Requetés María de las Nieves, formado por labradores, obreros y
«señoritos» navarros, que llegaban casi todos sin armas, porque en los cuarteles
de Pamplona se habían agotado, lo cual contagió y entusiasmó a nuestros bravos
baturros. El otro fue el bombardeo del Pilar, por los rojos, que les llenó de santa
indignación.
Cayeron tres bombas, perfectamente lanzadas por aviones, dos en la capilla,
casi en el camerino de la Virgen y otra en el centro de la fachada, en la calle.
Ninguna de las tres hizo explosión. La de la calle levantó los adoquines y en
forma de cruz griega, en mármol blanco se reconstruyó el pavimento; las que
cayeron dentro del templo, cerquísima de la Santísima Virgen, perforaron la
bóveda y se conservan en la Catedral.
¿Milagro? La reacción popular fue milagrosa.
Pero la Virgen del Pilar tiene un milagro, de características evangélicas, uno
de los más diáfanos y comprobados que registra la Historia de la Iglesia.

^ ^ J u a n Miguel Pellicer, de Calanda, trabajando de labrador, cayó, pasándole el
por la pierna derecha, la cual quedó destrozada; esto ocurría en los últimos
uias de septiembre o primeros de octubre de 1637; se le formó úlcera o llaga en
la fractura.
No pudiendo curarle, encontrándose cada vez peor, se le amputó la pierna, a
finales do octubre del mismo año.
«En un hoyo, como de un palmo de ondo» se enterró la pierna cortada, en el
cementeno del mismo hospital.
Miguel Juan se dedica a pedir limosna en la puerta del templo del Pilar, con
otros mendigos, lleva muleta y luego pata de palo. Más tarde le animaron a
volver a Calanda con sus padres, llegó penosamente montando en jumentas,
carros, etc.... que por caridad le permitían ocupar.
El 25 de marzo de 1640, ocurrió el milagro. Durante el día trabajó en el campo,
tremendamente, quedando agotado por el esfuerzo, cargando serones de fiemo y
estiércol.
Se quejó de dolores en casa, quitándose la pata de palo, porque atribuía el
dolor al trabajo realizado y quedó la «cissura» al descubierto, retirándose a
descansar.
La madre, al entrar en el cuarto donde dormía, gritó asombrada porque le vio
con dos piernas y, naturalmente, todo fue colosal alboroto en el pueblo.
Le apremiaban, para que explicara Miguel Juan el suceso y él no acertó a responder sino que: «cuando se acostó, se encomendó mui de veras a la Virgen del
Pilar, que se quedó dormido y luego soñó que estaba, en la Santa Capilla r e
Zaragoza, untándose la pierna derecha con el azeite de una lámpara como acostumbraba cuando estaoa en ella y que se vio con piernas y no savia como havia
sido y que tenia por cierto que la Virgen del Pilar se la habia traido y puesto
para que assi le sirbiera mejor y cuidase a sus padres».
Por no extendernos acortamos todos los detalles y proceso, pero no sin señalar
que la pierna era la misma que antes tuvo, por rasguños y cicatrices que le quedaron de pequeño, que se fue al hoyo donde la enterraron y no estaba, que esto
sucedió a los dos años y medio de haberle cortado la pierna y por fin que tuvo tal
resonancia en toda la Nación, que le llamó el Rey a Palacio, en Madrid, fue interrogado por Felipe IV que le mandó remangarse el pantalón y, arrodillado, besó
la pierna milagrosa.
La resurrección de la carne pudiera llamarse este milagro incontrovertible.
Doc sucesos extraordinarios de la Virgen del Pilar en los años 1640 y 1936.
Las gracias y bendiciones nos manda el Señor por María como medianera.
Pidamos que la Virgen del Pilar proteja a la Raza Hispana y a la Real Familia
Borbón-Parma.

copiar

esa i n t r o d u c c i ó n — a l final

sacaremos

algunas

«Aún ardía la primera pólvora. A ú n no habían m u e r t o dos meses de
m u e r t e c i v i l . El 13 de s e p t i e m b r e de 1936 las tropas de Beorlegui» — p a r a
quien hace unos días, al cumplirse 31 años de su muerte, Javier M a r í a Pascual hacía un recordatorio en «El Pensamiento Navarro», que bien merece la
calificación de un diez «cum laude», en términos de e x a m e n — «entraban en
San Sebastián. Bajó la vanguardia por la carretera de Francia. Estaba la ciudad casi en s i l e n c i o y con su belleza manchada. La noche antes — e n t r e n ,
por c a r r e t e r a , por el mar—, el éxodo en masa hacia Bilbao. Los que huían
se llevaban los colchones y los presos p o l í t i c o s . No hubo ya batalla entre
las calles de la ciudad. Los que llegaban entraron en columna de honor.
Venían de Navarra, pasando por Tolosa, por la ladera ensangrentada de San
M a r c i a l , por el costado en brasas de las casas incendiadas de Irún. En cabeza, puente de Santa Catalina adelante, un d e s t a c a m e n t o de «requetés».
Traían barbas de dos m e s e s , heridas nuevas, viejas banderas y los m i s m o s
escapularios de cuando el padre o el abuelo anduvo c o n el «Tío Tomás» por
la colina de Begoña o restañó la sangre de Olio y Radica, ya camino de la
e t e r n i d a d , en aquel prado v e r d e cerca de San Jur.n de S o m o r r o s t r o , con
Bilbao sitiado al fondo, detrás del m o n t e de m i n e r a l . Los que entraban en
San Sebastián eran t o d o s del m i s m o pueblo y oe apretaban en el d e s f i l e para
cubrir los huecos de los m u e r t o s . ERAN LOS «CUARENTA DE ARTAJONA»
(lo subrayado es n u e s t r o ) .
L i t e r a r i a m e n t e , una d e s c r i p c i ó n bonita. H i s t ó r i c a m e n t e , una v e r s i ó n exacta. Por ser exacta y bonita, m a n d a m o s a Lucio del Á l a m o nuestra f e l i c i t a c i ó n
y n u e s t r o a g r a d e c i m i e n t o , ya que no es fácil e n c o n t r a r hoy personas que se
atrevan a mojar la pluma para decir verdades de este g é n e r o .
Pueda ser que haya que a t r i b u i r al bueno de Lucio del Á l a m o la paternidad de los «cuarenta del palacio de A y e t e » — a l menos es el p r i m e r o a
quien hemos v i s t o bautizar así el n o m b r a m i e n t o de los consejeros nacionales.
M á s a d e l a n t e , en su a r t í c u l o , rompe lanzas y hace el panegírico de la
«concurrencia de pareceres», cara a un mañana nacional, que lo v e m o s torm e n t o s o y e n i g m á t i c o , p r e c i s a m e n t e porque los «cuarenta de Artajona» son
ignorados. T e n d r e m o s que r e m o n t a r n o s a Cánovas del Castillo — a q u e l gran
p o l í t i c o quo q u e m ó sus no c o r t a s d o t e s en causas p e r d i d a s — para decir que
atacar al C a r l i s m o es buscar la ruina de la Patria. Pienso que en la lista de
los «cuarenta de A y e t e » no sólo hay ausencia de los «cuarenta de A r t a j o n a » ,
sino presencia de d e s a f e c t o s a lo que significaban y querían los «cuarenta
de A r t a j o n a » , que es peor.
1

Otra vez h e m o s de citar a Javier M . Pascual — e l periodista más sagaz
y más p e n e t r a n t e que t e n e m o s hoy en España, con un decir que hace bailar
ios cascabeles de los a p l a u s o s — , cuando en su a r t í c u l o «Navarra, ausente»
—-merecedor de ser puesto en un m a r c o — dice la t r i s t e z a que nos ha causado leer la l i s t a de los «cuarenta de A y e t e » .
Si esa lista del palacio de A y e t e ha de ser el «senado» que nos guíe en
un p r ó x i m o i n m e d i a t o , con la c o n d i c i ó n de que serán v i t a l i c i o s , se puede
temer, con grave t e m o r , que los «cuarenta de Artajona» no han s e r v i d o para
otra cosa que para «apagar el f u e g o de hace t r e i n t a años».
Y, a m i g o s , la historia de España está muy llena de páginas t r á g i c a s .
Nos t e m e m o s que el ignorar al C a r l i s m o , el no contar con él para estas horas
graves que se avecinan a la nación puede traer consecuencias desagradables.
En la jornada donostiarra del 13 de s e p t i e m b r e de 1936, así c o m o en
o t r a s muchas jornadas clave de aquel t r i e n i o , las boinas rojas pusieron sangre y valor, c o r a j e y d e c i s i ó n para hacer el «milagro» de inclinar la balanza
del t r i u n f o — t r i u n f o que Prieto lo catalogaba entre los i m p o s i b l e s y obra de
l o c o s — a f a v o r de la España nacional.
Sólo el C a r l i s m o aportará a España paz y s e r e n i d a d , j u s t i c i a y amor,
doctrina y c o n t i n u i d a d , f a c t o r e s indispensables para que nuestro pueblo cam i n e por los s e n d e r o s del b i e n e s t a r de la c o m u n i d a d , finalidad s u p r e m a a la
que debe m i r a r y aspirar t o d o g o b e r n a n t e .
Lejos de nuestra i n t e n s i ó n buscar c r í t i c a s d e m o l e d o r a s . Lo d e c i m o s con
la m e j o r de las i n t e n c i o n e s , y con el r e s p e t o que se m e r e c e quien nos gobierna desde hace más de t r e i n t a años. Precisamente el amor a España y
el r e s p e t o a n u e s t r o Jefe de Estado nos obligan a decir lo que d e c i m o s , no
buscando o t r o s r e s u l t a d o s que aquello que c o n s i d e r a m o s es lo más j u s t o y
lo más e q u i t a t i v o para el f u t u r o , supuesta la Cruzada de 1936-1939, y los
peones que la h i c i e r o n p o s i b l e , y la llevaron a los laureles del t r i u n f o .
No v o l v a m o s a tropezar, «patres c o n s c r i p t i » , en piedras que nos causaron
tantas a m a r g u r a s , tantas l á g r i m a s , tantos lutos.
También en San Sebastián hubo un «Pacto», t r i s t e m e n t e f a m o s o .
L. DE LA MEZCLA

Otra vez Gibraltar
Por R A I M U N D O DE MIGUEL

El mes de s e p t i e m b r e ha v u e l t o
a levantar nuevas llamas en el siem-

biéndolo
la

así, en su quiebra,

esperanza

de

Inglaterra,

está
como

los demócratas-cristianos

les

Vázquez de M e l l a fue su gran fus-

toca el d e s m e n t i r o no, estas

ilu-

tigador, el que sacó en el Congre-

A

pre candente t e m a de Gibraltar. El

única posibilidad de evitar lo ine-

siones del Sr. Jackson. A l resto de

so y a la calle, el que hizo desper-

Gobierno ha asegurado a los espa-

v i t a b l e . De aquí sus maniobras dila-

los españoles p r e v e n i r n o s para que

tar y hacer popular e n t r e los espa-

ñoles que j a m á s habrá un retroce-

torias para que se produzca un can-

ese riesgo, v e n g a de donde v i n i e r e ,

ñoles, el t e m a de Gibraltar.

so en la c o n s t a n t e y laboriosa po-

sancio o el t i e m p o traiga con el po-

no llegue a t e n e r realidad.

lítica e m p r e n d i d a

sible cambio do personas, c r i t e r i o s

para su

recupe-

más maleables.

ración.

En el Libro Rojo sobre

La tarea será cada día más d i f í c i l

Gibraltar

Como m u e s t r a de la anglofilia de

Porque t i e m p o s hubo en que los

los grupos p o l í t i c o s

letamente

lo

cribir un incidente de la sesión del

la

Congreso

e m b o b a d o s con t o d o
ellos

encontró

trans-

de 29 de n o v i e m b r e

de

y el resultado de larga espera. Pero

que hace dos años publicó el Go-

inglés,

la línea e m p r e n d i d a es la c o r r e c t a

b i e r n o , e s p a ñ o l , leemos en su pág.

Gran Bretaña s u m e j o r ayuda para

1905. Mella iba d i c i e n d o : «...y

y si no s e t u e r c e o d e b i l i t a , Gibral-

520, la i n t e r v e n c i ó n en la

consolidar y a m p l i a r su despojo de

puede estar p r ó x i m o a estallar, el

tar

de

Cámara

en

poder, q u i e r o

en-

tonces

que

en el

turnantes

políticos españoles estaban tan pa-

que

Gibraltar. Sin su t o r p e colaboración

día en que un rozamiento haga sal-

Jackson (4 de agosto de 1956) don-

de muchos

desalojo

tal la chispa e n t r e un I m p e r i o ilus-

dignidad y no c o n vergüenza, como

de sin ningún rebozo se expone es-

del incómodo i n t r u s o , no hubiera si-

t r e y esa rapaz Inglaterra, que no

hasta pocos

ta idea: « M u c h o s t e n e m o s

amigos

do tan c o m p l i c a d o . Y el regreso a

es más que una Cartago sin Aní-

personales e n España y e s p e r a m o s

aquellas facilidades y la vuelta de

bal...

llegue el m o m e n t o en que haya al-

hombres

lados de la Cámara. Muchos seño-

general de España hoy, es una s i m -

gún

es lo que añora la d i p l o m a c i a bri-

res diputados protestan airadamen-

ple c u e s t i ó n de c o n t i n u i d a d . Y sa-

en Madrid».

tánica.

te. El Sr. Presidente

será

español

inexorablemente.

Es cosa de que el tiempo pase con
años

hace, ha

suce-

dido.
Este p r o b l e m a

se enlaza con el

los C o m u n e s

gobierno

del

diputado

Sr.

demócrata-cristiano

a ñ o s , hoy

con

el

mentalidad

parecida,

(Fuertes

rumores en varios

reclama

or-

d e n ) . (El Sr. Marqués de Villaviciosa: No se puede decir eso de una
nación que está a la cabeza del
progreso)». La continuación de Mella es m a j e s t u o s a , llena de santa
ira por el amor a España y en ella
se dice, «si el progreso se hace en
menoscabo del derecho de m i pat r i a , yo no le aplaudo», para t e r m i nar con su gran v i s i ó n de p o l í t i c o ,
«...si vais t a m b i é n del brazo de Inglaterra a esa Conferencia de Algeciras para que el Peñón s i n i e s t r o
de Gibraltar p r o y e c t e una s o m b r a
nueva sobre el porvenir de España.
(Grandes rumores en la mayoría;
muestras de aprobación en algunas
minorías)».
Efectivamente, como dicen A r e i l za y Castiella («Reivindicaciones de
España»): «Sin Gibraltar inglés todo el p r o b l e m a m a r r o q u í hubiese
cambiado de signo». Sin e m b a r g o ,
con tan amable compañía f u i m o s a
la Conferencia (7 abril 1906) y así
s a l i m o s ; empeñados como estaban
sus c o n t r a r i o s , en sacar profeta a
Mella.
El que mucho de aquello sea hoy
historia parada, no le quita en nada
su valor como enseñanza para el
f u t u r o , en orden a curarnos de quienes puedan representar la permanencia del m i s m o e s p í r i t u de servidumbre.
Del libro «Reivindicaciones de España», no nos r e s i s t i m o s a entresacar t r e s citas, e n t r e ciento, m u y expresivas.
«En el m o m e n t o que Silvela, a
comienzos del año 1903 buscaba el
respaldo m i l i t a r de Francia y Rusia,
para hacer f r e n t e a las amenazas

del Foreign O f f i c e , Abárzuza, llamó
al Embajador de Inglaterra Sir Mort i m e r Durand con objeto de asegurarle que la alianza inglesa era abs o l u t a m e n t e indispensable para España y que la hipótesis de una
alianza franco-española, había que
desecharla
rotundamente,
pues
m i e n t r a s él e s t u v i e s e en el M i n i s terio de Estado, lo i m p e d i r í a de
cualquier f o r m a » (pág. 379, n o t a ) .
Cuando el Kaiser, con su p o l í t i ca y su decidido discurso de Tánger, pudo suponer un v e r d a d e r o
apoyo para los intereses de España en el Estrecho, en c o n t r a p e s o
a la p o l í t i c a franco-británica, Villaur r u t í a ( t a m b i é n en el d e s e m p e ñ o
de la cartera de Estado) se apresuró a t r a n q u i l i z a r al Embajador f r a n cés d i c i é n d o l e : «Debemos (los españoles) e s t a r unidos a Inglaterra
y Francia, como los dedos de la
mano» (pág. 402, n o t a ) .
A l g o más t a r d e , o t r o M i n i s t r o de
Estado, el Sr. García Prieto, s e excusaba ante el Embajador de la
m i s m a nación de las i m p u t a c i o n e s
de la prensa de haber «flirteado»
con A l e m a n i a , «puesto que él — q u e
llevaba la r e p r e s e n t a c i ó n de la política e x t e r i o r del p a í s — h u b i e r e
p r e f e r i d o abandonar su cartera antes que buscar un apoyo cerca del
Gobierno de B e r l í n , como alguno de
sus amigos le aconsejaban», (pág.
421, n o t a ) .
Para d e m o s t r a r que el peligro de
regreso a ese «espíritu de subalterna d o m e s t i c i d a d » , como le c a l i f i c a
el libro c i t a d o , no es u t ó p i c o , sirva
de e j e m p l o el a r t í c u l o de Don José
M . Pemán (con tan parejas lealta-

d e s , por otra parte, con las que
aquellos p o l í t i c o s tenían) «Gibraltar d e s d e la luna», que y o g l o s é en
el n." 14 de MONTEJURRA.
Cuando e s c r i b í aquel a r t í c u l o , no
había t e r m i n a d o la lectura d e l l i b r o
Rojo español sobre Gibraltar y por
eso no pude c o m e n t a r en é l , a lo
que ahora aludo: El p a r a l e l i s m o ent r e las ideas expuestas en d i c h o
a r t í c u l o y las v e r t i d a s por los diputados ingleses S r e s . A m e r y y Bennett en las s e s i o n e s de la Cámara
de su p a í s , de los días 13 de a b r i l
y 4 de agosto de 1965, respectivam e n t e , al t r a t a r del asunto de Gibraltar, en t é r m i n o s como es de suponer, nada amables para España.
C o p i a m o s del Libro Rojo, págs.
498 y 5 2 1 , y del a r t í c u l o del Sr. Pemán en A B C del día 21 de enero de
1966.
Sr. Amery: «Durante m u c h o s años
ha v i s i t a d o el Sur de España c o m o
t u r i s t a y puedo d e c i r q u e , s e g ú n m i
e x p e r i e n c i a , r a r a m e n t e podía cons i d e r a r s e c o m p l e t a una f i e s t a s i n
la presencia del Gobernador de Gibraltar o de algunos g i b r a l t a r e ñ o s
d i s t i n g u i d o s . Entre t o d o s e x i s t í a n
las más v e n t u r o s a s r e l a c i o n e s » .
Sr. Peman: «Por aquí, donde hay
t a n t o s i n g l e s e s v i n a t e r o s nos pasa
lo m i s m o ( s o m o s buenos a m i g o s
de I n g l a t e r r a ) . El Peñón de Gibraltar es por aquí un t e m a de «cante
j o n d o » : de f a n d a n g u i l l o d o l o r i d o ,
y o he oído cantar m u c h a s v e c e s en
una f e r i a , ante un coro de palmas
r i e n t e s , corro en el que estaba ent r e o t r o s , el C ó n s u l inglés».
Sr. Bennett: «En esta disputa al-

a

go anacrónica

sobre

la

soberanía

de Gibraltar, el Gobierno español
no m u e s t r a mucho t a l e n t o . . . » .
Sr. Pemán: «Cuando Inglaterra no
q u i e r e dar un paso que ponga en
duda su «soberanía», ni España ninguno que no se base en su recobro
« t e r r i t o r i a l » , están agotando las últ i m a s colillas de un vocabulario sobrepasado».
Sr. Bennett: « M i r a n d o más allá
de esta estúpida e innecesaria
d i s p u t a puede uno ver toda Europa
avanzando hacia una v i n c u l a c i ó n
más e s t r e c h a , ya sea dentro de los
Seis o de los S i e t e o en una entidad más a m p l i a . Pecan de cierta
inmadurez las naciones europeas
que se entregan a la e s t é r i l discusión de si esta o aquella soberanía, data del Tratado de U t r e c h » .
«No hay m o t i v o s para que Inglaterra y los demás países de Europa,
no se unan f o r m a n d o una mayor
unidad, cuando estas c u e s t i o n e s de
la soberanía, no parezcan t a n imp o r t a n t e s c o m o ahora».
Sr. Pemán: «Va siendo preciso ser
p a t r i o t a s de unas grandes entidades sobrenacionales y es e x t e m poráneo hablar con demasiado énf a s i s de la «espina clavada» en esa
aduanita española, cuando t o d a s las
aduanas y aranceles de esta Patria
u n i v e r s a l , etc.».
No p o d e m o s saber si e s t e deplorable a r t í c u l o , e s t á inspirado en
aquellas i n t e r v e n c i o n e s o es mer a m e n t e c o i n c i d e n c i a . Pero en cualq u i e r caso ello es grave y e l resultado final el m i s m o : hablar en español al gusto i n g l é s .
Y e s o es lo que los españoles estamos d i s p u e s t o s a que no vuelva
a repetirse.

Dice la Revista «Ejército»

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mwms COMO COMOHM DI IOS SSPMOISS
«El pueblo español, unido en un orden de Derecho,
informado por los postulados de autoridad, libertad y
servicio, constituye el Estado Nacional. Su forma política es, dentro de los principios inmutables del Movimiento Nacional y de cuanto determina la Ley de Sucesión y demás Leyes fundamentales, la monarquía
tradicional, católica, social y representativa».
(Principio

VII de la Ley de ly de mayo de

1958).

El o r i g e n del Estado ha sido a lo largo de los s i g l o s uno de los p u n t o s
más c o n t r o v e r t i d o s por la ciencia p o l í t i c a . La búsqueda afanosa de s u
principio, la d e t e r m i n a c i ó n de las c a r a c t e r í s t i c a s , propiedades y a t r i b u c i o nes del Estado han sido el caballo de batalla de t r a t a d i s t a s , t e ó l o g o s y
filósofos.
C i e r t a m e n t e no se trata de una c u e s t i ó n cuyo i n t e r é s sea sólo académico. Para d e m o s t r a r l o bastaría recordar que la aparición en el s i g l o XVIII de la t e o r í a del c o n t r a t o social considerado como o r i g e n del Estado condujo r e c t a m e n t e al l i b e r a l i s m o
y de él al t o t a l i t a r i s m o como su consecuencia n a t u r a l .
En contra de la teoría d e f e n d i d a por
Rousseau, la f i l o s o f í a política católica
ha m a n t e n i d o s i e m p r e y s i g u e manteniendo ahora, que el origen del Estado
es la m i s m a naturaleza humana. Si
A r i s t ó t e l e s d e f i n i ó al h o m b r e c o m o
animal p o l í t i c o y consideró como f i n
del Estado la consecución de un m o d o
de vida e n el que sea posible alcanzar la s a t i s f a c c i ó n de los deseos y necesidades de la comunidad y el bien de
sus m i e m b r o s , la f i l o s o f í a p o l í t i c a cristiana llevó a su perfección esta concepción al a f i r m a r que e s t e bien com ú n no es un v a l o r absoluto, en cuant o que el f i n d e l hombre e s t á m á s allá
de este m u n d o . El Estado y el bien
c o m ú n , d i s t i n t o del bien e x c l u s i v o de
cada uno de s u s m i e m b r o s , s o n valores en s í m i s m o s en tanto p a r t i c i p e n en el f i n de t o d a s las c r i a t u r a s : la
g l o r i a de Dios.

la sociedad y que suele t e r m i n a r en una mezcla de m e r c a n t i l i s m o y burocracia s o c i a l i s t a , a b s o l u t a m e n t e divorciado del bien c o m ú n y del f i n
t r a s c e n d e n t e de sus s u b d i t o s .
En r e c o n o c i m i e n t o de la naturaleza del h o m b r e , el p r i n c i p i o que
c o m e n t a m o s a f i r m a que el pueblo español, unido en orden de Derecho,
c o n s t i t u y e el Estado Nacional. Este orden de Derecho, entendido al modo
t r a d i c i o n a l , s u p o n e , s í , que el Estado está s o m e t i d o a sus propias l e y e s ,
p e r o no sólo a ellas, sino t a m b i é n y p r i n c i p a l m e n t e a otras no e s c r i t a s
y que están p o r encima de él y son las del Derecho natural que no puede
conculcar en ningún caso.
El Estado de derecho, s e u d o d e s c u b r i m i e n t o m á x i m o de la ideología
liberal en el s e n t i d o de que el Estado queda a u t o l i m i t a d o por sus propias
leyes, carece de s e n t i d o y de eficacia como seguro reparo de la libertad
humana, desde el m o m e n t o en que el Estado, concebido como s u p r e m o
legislador, si bien no pueda v u l n e r a r sus propias leyes, puede alterarlas
a su capricho al no encontrar otra l i m i t a c i ó n que una pretendida «voluntad
general», declarada en cada v o t a c i ó n .
C o m o a g u d a m e n t e señalaba Vázquez de M e l l a , nada más a b s o l u t o y
a r b i t r a r i o que el poder del Estado liberal f r e n t e al poder real y e f e c t i v o
de los monarcas del antiguo r é g i m e n ,
l i m i t a d o s y contrapesados por el t r e m e n d o poder de la sociedad organizada en c o r p o r a c i o n e s , asociaciones y
g r e m i o s y respaldado por un s i n f í n de
f u e r o s y derechos que el monarca no
podía desconocer en ningún caso. Est e o r d e n de Derecho, nacido de la entraña de nuestra sociedad, es al que,
sin duda, se r e f i e r e el t e x t o que com e n t a m o s , porque c o m o decía M e l l a ,
«los l í m i t e s del poder no pueden basarse en la d i v i s i ó n interna del poder
m i s m o . Han de ser e x t e r n o s , c o m o lo
son todos los l í m i t e s » .

En octubre del año 1963 la Revista «Ejército» publicó este interesante editorial; a los 4 años
del mismo, lo reproducimos por
considerarlo de gran actualidad.

Por e s o t o d o poder p o l í t i c o deriva de Dios en c u a n t o El ha hecho al
h o m b r e a n i m a l s o c i a l , y toda s o c i e d a d , para p e r m i t i r su propia s u b s i s t e n cia, precisa n e c e s a r i a m e n t e del poder p o l í t i c o . La naturaleza humana es la
causa del Estado; mas c o m o esta naturaleza ha s i d o creada por D i o s ,
resulta, en ú l t i m o t é r m i n o , que la causa mediata d e l Estado es D i o s .
De ahí que toda autoridad v i e n e de Dios, A u t o r y Creador de la naturaleza h u m a n a . C r i s t o respondió a Pilatos: «No t e n d r í a s ningún poder sobre M í si no te hubiese sido dado desde lo alto» (Juan, 19, 11, y San Pablo,
en su e p í s t o l a a los romanos, añade: «...que no hay autoridad sino por
Dios, y las que hay, por Dios han s i d o ordenadas».
Base f i r m e y jalón i m p r e s c i n d i b l e a sentar al p r i n c i p i o de cualquier
exposición s o b r e el Estado, ya que sin ella nos d e s p e ñ a r í a m o s f á c i l m e n t e
en el a b i s m o del t o t a l i t a r i s m o donde el Estado lo es todo y el h o m b r e
nada; o b i e n en el Estado l i b e r a l , entregado en m e d i o de su f r i v o l a abst e n c i ó n , al poder del más f u e r t e representado por la riqueza, el capital
o la alta f i n a n z a , cuando no las t e n e b r o s a s sectas, t r a s la seductora pantalla de la d e m o c r a c i a . Es un Estado débil que s i r v e ú n i c a m e n t e a determinados i n t e r e s e s , un Estado que e l i m i n a las agrupaciones naturales de

A u t o r i d a d - l i b e r t a d . He aquí un binom i o que sólo puede encontrar su equil i b r i o entendiendo dichos t é r m i n o s al
modo c r i s t i a n o . La a u t o r i d a d , d e c í a m o s ,
viene de D i o s ; pero se t r a n s m i t e a cada i n s t i t u c i ó n social según y en la medida de sus propios f i n e s . El poder
del padre de f a m i l i a p r o c e d e t a n dir e c t a m e n t e de Dios c o m o el del Estado, pero aquél los t i e n e l i m i t a d o s por los propios f i n e s de la p a t e r n i d a d
y é s t e por los de la c o m u n i d a d p o l í t i c a .
«La autoridad — d e c í a León X I I I — c o r r e s p o n d e p r o p i a m e n t e a toda
s o c i e d a d ; s i n a u t o r i d a d , no hay s o c i e d a d » . C o m o el Estado es una sociedad de D e r e c h o n a t u r a l , su autoridad está t a m b i é n fundada en el D e r e c h o
n a t u r a l ; de d o n d e resulta que esa autoridad t i e n e que respetar ese Derecho. M a s c o m o el h o m b r e es un ser libre está claro que la autoridad del
Estado t i e n e que respetar esa libertad humana como v i r t u d o capacidad
concedida por Dios para p e r f e c c i ó n d e l h o m b r e , capacitándole para e l e g i r
la v e r d a d y el bien y alcanzar de ese modo su f i n s o b r e n a t u r a l .
A s í , pues, la única l e g i t i m a c i ó n e x t e r n a de la a u t o r i d a d p o l í t i c a es el
D e r e c h o n a t u r a l y, c o n c r e t a m e n t e , el c u m p l i m i e n t o de sus f i n e s con resp e c t o al bien c o m ú n de la s o c i e d a d . En ningún caso puede r e s i d i r aquella
l e g i t i m a c i ó n , c o m o p r e t e n d í a Rousseau y p r e t e n d e n sus d i s c í p u l o s liberales, en una libertad abstracta desligada de todo lo que no sea ella
misma.
Porque, según Rousseau, el individuo libre es a u t o s u f i c i e n t e . Las
consecuencias anárquicas de e s t e p r i n c i p i o las hemos v i s t o bien de cerca
en nuestra Patria. Esa libertad liberal concluye s i e m p r e en una seudodemocracia igualitaria que e n c u b r e a una oligarquía capitalista d o m i n a d o r a

del r e s t o del c u e r p o social, creadora de irritantes injusticias sociales, de
atraso y m i s e r i a .
El Estado es, en ú l t i m o t é r m i n o , un s e r v i d o r del bien común que sólo
puede realizarse haciendo a los ciudadanos más capaces de alcanzar s u
f i n ú l t i m o , la salvación de sus almas. Pero la vida de v i r t u d , decía Santo
Tomás, presupone un c o n j u n t o de bienes m a t e r i a l e s s u f i c i e n t e s cuya
posesión debe, por t a n t o , f a v o r e c e r y garantizar el Estado para hacer posible, en ú l t i m o t é r m i n o , esa vida v i r t u o s a .
La autoridad no puede ser reconocida más que si se aplica a la
satisfacción del bien común de la sociedad. La autoridad es un s e r v i c i o ,
un s e r v i c i o al prójimo t r a s c e n d i d o por la caridad c r i s t i a n a , y sólo es
l e g í t i m a si es adecuada a su f i n . Si no es así, si la autoridad no s i r v e al
bien común según el orden natural querido por Dios, pierde su derecho
o pedir obediencia a los ciudadanos. Su derecho a s e r servida, a su vez,
en todo cuanto se refiera al bien común que la j u s t i f i c a .
Con esta p r i m e r a parte del principio que c o m e n t a m o s queda perfect a m e n t e definida la c o n s t i t u c i ó n del Estado español, el orden de derecho
que viene a garantizar y los postulados que han de p r e s i d i r las relaciones
entre gobernantes y gobernados.
Una vez c o n s t i t u i d o , el Estado necesita d e t e r m i n a r s u f o r m a p o l í t i c a .
D e f i n i c i ó n ineludible y clarísima que e n c o n t r a m o s a c o n t i n u a c i ó n . El
Estado nacional español se define a sí m i s m o c o m o una monarquía tradicional, católica, social y r e p r e s e n t a t i v a . Declaración de importancia
decisiva y t r a s c e n d e n t a l , plena de consecuencias y q u e , sólo por sí misma, d e t e r m i n a con toda p r e c i s i ó n las notas que han de caracterizar const i t u c i o n a l m e n t e al Estado nacido el 18 de j u l i o . Un Estado que, dentro
de los p r i n c i p i o s f u n d a m e n t a l e s , jamás puede llegar a s e r ni la monarquía
liberal ni la república. Las razones son obvias.
España es, pues, una monarquía. Pero no una monarquía cualquiera,
sino precisamente una monarquía tradicional, la que se interrumpió en
1808. Cuando tratamos de definir y concretar esta monarquía, cuando tratamos de definir sus límites precisos y sus contornos, hemos de recurrir
lógicamente al pensamiento de nuestros escritores políticos tradicionalistas, felices intérpretes de un pueblo que se batió intrépidamente a lo
largo del siglo pasado por esa monarquía y que en la cruzada volvió a
luchar por su Dios, su patria, sus fueros y su rey. Entre ellos, principalmente, el gran Vázquez de Mella, ilustre tribuno de la tradición española.
¿Qué es la monarquía? E t i m o l ó g i c a m e n t e , el g o b i e r n o de uno solo.
La f o r m a más perfecta de g o b i e r n o , según A r i s t ó t e l e s y Santo Tomás.
No basta, s i n embargo, esta nota para d e f i n i r por sí un gobierno monárquico. La m o n a r q u í a supone m u c h o m á s ; supone u n poder elevado s o b r e
el orden p u r a m e n t e pasajero y t é c n i c o de las conveniencias del m o m e n t o
del que jamás puede depender. La monarquía ha llevado sobre sí a t r a v é s
de la Historia c o m o una especie de poder sagrado por encima de las querellas t r a n s i t o r i a s ; por ello e s la i n s t i t u c i ó n que m e j o r garantiza la continuidad política, r e f i r i é n d o m e s i e m p r e a la monarquía t r a d i c i o n a l , no a
la liberal. Garantiza la c o n t i n u i d a d , conservación y t r a n s m i s i ó n de la tradición patria, depurada y enriquecida por la aportación de cada generación
y que no es o t r a cosa, en f i n de cuentas, que la m i s i ó n asignada a un
pueblo por la divina providencia a través del acontecer h i s t ó r i c o . Por eso
la monarquía es radicalmente incompatible c o n la noción de soberanía
popular. Si una monarquía se declara c o n s t i t u c i o n a l , plebiscitaria o hija de
una revolución no es, p r o p i a m e n t e , tal monarquía. A lo más será, c o m o
se ha dicho, una república coronada.
Decía M e l l a a este r e s p e c t o : «...toda monarquía que se asocie con
el liberalismo o acepte s u o r i g e n en la C o n s t i t u c i ó n , se suicida, porque
a sí m i s m a s e condena a m u e r t e i r r e m i s i b l e m e n t e s o l i c i t a n d o fuerzas de
sus adversarios y f u n d a m e n t o en principios que le s o n c o n t r a d i c t o r i o s .
La monarquía queda reducida a mera f i c c i ó n y s i m b o l i s m o , por añadidura
inútil y c o s t o s o , s i deja de s e r t r a d i c i o n a l , es decir, si no se apoya en
la tradición y en la unidad de creencias en que ésta se levanta».
Para Santo Tomás, la sociedad humana es un p r o d u c t o de la naturaleza del h o m b r e como queda dicho. En la m e n o r célula social puede
reconocerse el sello del e s p í r i t u , e l obrar libre y f i n a l i s t a que caracteriza
E nuestra naturaleza. A s í o c u r r e c o n la t r a d i c i ó n d e los pueblos q u e e s
su m o d o de evolucionar, adaptarse a las c i r c u n s t a n c i a s , asimilar lo que
les e s e x t r a ñ o ; e s una obra c o l e c t i v a , pero, c o m o humana, libre y voluntaria, orientada por un f i n t r a s c e n d e n t e . La monarquía t r a d i c i o n a l , nacida, según Suárez y toda la escuela t e o l ó g i c a española, de la v o l u n t a d
de los ciudadanos unidos a t r a v é s de los siglos en un «ordo legalis»,
para serlo, debe estar p e r m a n e n t e m e n t e adscrita a los valores fundamentales que han c o n s t i t u i d o la vida y el ser de España a través de los
siglos. Toda ruptura con ellos desharía el lazo entre el pueblo español y
aquella i n s t i t u c i ó n , que perdería s u razón de ser p r e c i s a m e n t e al dejar
de ser t r a d i c i o n a l . ¿No explica e s t o la inestabilidad crónica que padecimos durante s i g l o y medio, a p a r t i r de 1808?
M o n a r q u í a católica. Con haber dicho tradicional bastaba; no o b s t a n t e ,
se ha querido hacer constar e x p r e s a m e n t e la c o n d i c i ó n de c a t o l i c i d a d .
Se trata, para d e c i r l o con las bellas palabras de M e n é n d e z Pelayo, de «la
antigua y t r a d i c i o n a l monarquía española, cristiana en la esencia y democrática en la f o r m a » . Entre tantas cosas como se llevó el vendaval liberal
de nuestra Patria no se cuenta — a f o r t u n a d a m e n t e — la f e católica. No
es utópica una restauración p o l í t i c a fundamentada en la f e católica, e n
la doctrina social de la Iglesia y e n los valores c r i s t i a n o s . Hoy, como en
t i e m p o s de M e l l a , perduran e n España la unidad de conciencia y la tradicional s i g n i f i c a c i ó n católica de n u e s t r o pueblo.
Y decía M e l l a : «Si la t r a d i c i ó n liga c o n v í n c u l o s c o m u n e s a las generaciones haciéndolas solidarias de las m i s m a s ¡deas y de los m i s m o s
a m o r e s y si las j u n t a en un abrazo f r a t e r n a l alrededor de unas m i s m a s
i n s t i t u c i o n e s consagradas por los s i g l o s , es porque s e apoya en la
unidad de f e que produce la unión moral de las a l m a s , que es la base
sobre la que se ha de levantar toda comunidad social».
En España, país que ha conservado f e l i z m e n t e s u profunda f e cris-

tiana, no puede t e n e r arraigo ningún s i s t e m a p o l í t i c o que no sea profund a m e n t e c a t ó l i c o ; así lo d e m u e s t r a la experiencia h i s t ó r i c a . Dentro de un
c o n j u n t o de p r i n c i p i o s de los que el segundo reconoce como t i m b r e de
honor de la nación española el acatamiento de la ley de Dios, según la
d o c t r i n a de la Iglesia, está claro que la monarquía debe s e r c a t ó l i c a .
Cristiana no c o m o un adorno e x t e r n o , sino c o m o a c a t a m i e n t o í n t i m o y
p r o f u n d o de una doctrina y unos p r i n c i p i o s q u e , alcanzando toda la est r u c t u r a del Estado, ha de dar como resultado una ordenación de la sociedad más apta para f a c i l i t a r el acceso a los ciudadanos a aquella virtuosa de que hablaba Santo Tomás. «No es el que dice Señor Señor, el
que entrará en el reino de los c i e l o s , sino aquel que hace la v o l u n t a d de
m i Padre».
M o n a r q u í a s o c i a l . Ha llegado ya a la c a t e g o r í a de t ó p i c o a f i r m a r que
lo social es el s í m b o l o de nuestro t i e m p o . Bastaba t a m b i é n d e f i n i r a
n u e s t r a m o n a r q u í a como t r a d i c i o n a l para q u e a u t o m á t i c a m e n t e quedase
calificada de s o c i a l . M a s para hablar de lo social hay que respetar prev i a m e n t e la c o n s t i t u c i ó n natural de la sociedad, c o n s t i t u c i ó n anterior al
Estado, cuyo papel reside p r e c i s a m e n t e en apoyar y f a v o r e c e r el desarrollo de esas i n s t i t u c i o n e s naturales de la sociedad, no matarlas. Decía
Vogelsang q u e «la sociedad civil no e x i s t e p o r el Estado. Este, antes bien,
n o e x i s t e s i n o p o r la sociedad, no es m á s q u e una de s u s i n s t i t u c i o n e s » .
De ahí nace el concepto de soberanía social en M e l l a , idea que
supone y e x i g e la existencia de i n s t i t u c i o n e s autónomas que comienzan
por la f a m i l i a , siguen por el M u n i c i p i c i o y la región y alcanzan hasta el
g r e m i o , la u n i v e r s i d a d , el Ejército, las p r o f e s i o n e s , etc., que f o r m a n una
j e r a r q u í a de personas c o l e c t i v a s . El poder real es «la i n s t i t u c i ó n destinada
a p r o t e g e r y coordinar la vida social en su c o n j u n t o » . He aquí la d i f e r e n c i a
con el Estado s o c i a l i s t a , q u e lo hace t o d o , o el Estado liberal, q u e no
hace nada. C o m o no podía dejar de o c u r r i r , esta t e s i s de Mella coincide
p l e n a m e n t e c o n la doctrina católica expuesta r e p e t i d a m e n t e por los Romanos P o n t í f i c e s .
Decía Su Santidad Pío XI en la encíclica «Quadragesimo A n n o » ; «Es
i n j u s t o reservar a una sociedad mayor o más elevada lo que las comunidades m e n o r e s o i n f e r i o r e s pueden hacer. Y e s t o es j u s t a m e n t e un
grave daño y un t r a s t o r n o del r e c t o orden de la sociedad».
M a s por una curiosa paradoja se llama s o c i a l i s m o la doctrina q u e , al
hacer al Estado único p r o p i e t a r i o de t o d o s los bienes y e m p r e s a r i o de
todas las a c t i v i d a d e s , e l i m i n a v i o l e n t a m e n t e toda acción de la sociedad.
Después de lo e x p u e s t o aparece c l a r a m e n t e que el s o c i a l i s m o es incomp a t i b l e con el d e r e c h o natural y, por ende, c o n la doctrina social c a t ó l i c a .
A l c o m p r e n d e r l o así p o d r í a m o s curarnos los españoles de esa funesta
manía de e s p e r a r l o t o d o del Estado y de cargarle con todas las t a r e a s .
La nota d e social e n un Estado no s e agota p o r ello — n i s i q u i e r a s e
j u s t i f i c a — ú n i c a m e n t e por el e s t a b l e c i m i e n t o de u n s i s t e m a de seguridad
social o p o r una avanzada l e g i s l a c i ó n laboral, ni siquiera por la creación
de alguna i n s t i t u c i ó n social m á s o menos i n d e p e n d i e n t e de é l . N o , el
c o n t e n i d o de social es p r e c i s a m e n t e el r e s p e t o y la convivencia c o n todas
esas i n s t i t u c i o n e s sólidas y profundas que rodeaban al poder real en
n u e s t r a m o n a r q u í a t r a d i c i o n a l . Una monarquía q u e no l i m i t a b a , no coartaba a aquellas i n s t i t u c i o n e s sociales, sino que en ellas se apoyaba. A s í
s e c o h o n e s t a b a la autoridad y la l i b e r t a d . A s í s e hacía posible la democracia c a s t e l l a n a , aragonesa o catalana, entendida r e c t a m e n t e c o m o part i c i p a c i ó n de la sociedad en la vida p o l í t i c a .
Esta ¡dea nos lleva de la mano a considerar la ú l t i m a nota de la
monarquía española d e f i n i d a en este p r i n c i p i o f u n d a m e n t a l : su represent a t i v i d a d . El d e b a t i d o p r o b l e m a de la r e p r e s e n t a c i ó n p o l í t i c a queda res u e l t o a u t o m á t i c a m e n t e en la monarquía t r a d i c i o n a l ; le es consustancial
la r e p r e s e n t a c i ó n en C o r t e s de esos c u e r p o s i n t e r m e d i o s , de esas i n s t i t u ciones sociales autónomas. C o m u n i d a d e s p o l í t i c a s , e s t a m e n t o s de la sociedad c o n s t i t u i d a , que no f o r m a n una r e p r e s e n t a c i ó n soberana, o r i g e n o
t r a n s m i s o r a d e l poder c o m o q u i e r e el l i b e r a l i s m o , sino que cabalmente
colaboran c o n el soberano y s o n una c i e r t a y segura garantía f r e n t e a
sus posibles e x t r a l i m i t a c i o n e s producidas por el e r r o r o la malicia de
ios h o m b r e s .
Una vez m á s , M e l l a nos explica p e r f e c t a m e n t e esta f u n c i ó n : «Las
C o r t e s no g o b e r n a r á n , p e r o ayudarán a gobernar porque t i e n e n d o s funciones que c u m p l i r : auxiliar al Poder p ú b l i c o m o s t r á n d o l e las necesidades
de la n a c i ó n , y c o n t e n e r l e i m p i d i e n d o sus abusos».
La m o n a r q u í a t r a d i c i o n a l e s , por esencia, r e p r e s e n t a t i v a , y una aut é n t i c a r e p r e s e n t a c i ó n p o l í t i c a del país jamás podrá nacer del s u f r a g i o
universal i n o r g á n i c o por la sencilla razón de que la persona humana, el
i n d i v i d u o a b s t r a c t o que c o n t e m p l a el l i b e r a l i s m o no es r e p r e s e n t a b l e más
q u e p o r sí m i s m o . Lo único r e p r e s e n t a b l e , como afirmaba Mella, s o n los
i n t e r e s e s c o l e c t i v o s y o b j e t i v o s encarnados en los cuerpos i n t e r m e d i o s
de la s o c i e d a d . M a s para que esta r e p r e s e n t a c i ó n sea posible hay que
r e s u c i t a r p r i m e r o a esas decaídas, cuando no desaparecidas, i n s t i t u c i o n e s
sociales.
Estas s o n , b r e v e m e n t e glosadas, las notas d i s t i n t i v a s de la monarquía
t r a d i c i o n a l española que p r e s i d i ó n u e s t r o s m e j o r e s d e s t i n o s y que e s t á y a
instaurada en los p r i n c i p i o s f u n d a m e n t a l e s , norma legal s u p r e m a d e l país,
solemnemente promulgada, que delimita perfectamente el contenido del
nuevo o r d e n j u r í d i c o nacido d e l alzamiento del 18 de j u l i o de 1936 y
sellado para s i e m p r e c o n la v i c t o r i a de 1939.
Sobre s u e s t r i c t a y leal observancia ha de c o n s t r u i r s e el f u t u r o de
España. A n t e ellos no caben habilidades ni t e r g i v e r s a c i o n e s p o r q u e s u
c o n t e n i d o es claro y o b l i g a t o r i o . O se aceptan, acatan y d e f i e n d e n f i e l y
l e a l m e n t e c o m o legado g l o r i o s o de nuestra t r a d i c i ó n reconquistada al
p r e c i o de t r e m e n d o s a c r i f i c i o , o aquel s a c r i f i c i o s e r á i n ú t i l . T r e m e n d a responsabilidad que alcanza a t o d o s y cada uno de n o s o t r o s y m u y e s p e c i a l m e n t e a los encargados de velar por las esencias patrias y recoger la
herencia d e n u e s t r o s a n t e c e s o r e s .
(Revista

"Ejército",

Madrid, octubre

1963).

DESARROLLO

POLÍTICO

HACIA NUEVAS NORMAS DE DEMOCRACIA
La carta Encíclica
de Paulo VI
"El Desarrollo de los Pueblos" ha
puesto de relieve la necesidad
de
que el hombre aspire, además de a
verse libre de la miseria y de lograr unos objetivos de entidad económica, a lograr "participar
todavía
más en las
responsabilidades...
Una de las esferas de responsabilidad en las que el hombre se ve
inmerso es, a no dudar, la política
y ya que la Política se configura como una de las ciencias de la Sociedad —de la realidad social— y se
ha definido como "voluntad de organizar la vida íntima de la comunidad con arreglo a un ideal de vida", es necesario para el hombre,
en cuanto integrante de una comunidad política, adquirir plena conciencia de esa
responsabilidad.
El hombre, por el hecho de ser
racional, tiene una misión de perfección y ésta no la logrará en tanto que no atienda a cada una de
las facetas en que como ser individual y ser sociable y miembro de
una comunidad le atañen. Si la política es una de esas facetas, evidentemente,
al Estado y al individuo les toca el papel de completar
este tipo de educación.
Tradicionalmente,
y por mentes
mal formadas, se ha venido hablando del pecado de la política y se ha
desprestigiado
entre las gentes de
la ciudad el concepto de lo político.
El "político", el individuo que hace
política, ha sido un personaje mal
mirado, como el de alguien que va
a "hacer su agosto" escalando los
peldaños del poder. Este error, que
no ha estado hasta cierto
punto
descaminado,
ha tenido su origen,
tal vez, en las luchas políticas del
pasado siglo y principios del presente. La lucha de los partidos, con
más dosis industriales
de demagogia, han sido, a nuestro
entender,
causa del desprestigio
del concepto de "lo" político y del "político".
Pero estamos percatados de la honda importancia
que tiene para el
hombre de la calle el completar su
formación
política
porque,
como
dice el profesor F. Javier
Conde,
"el hombre es, de facto, animal político; tiene que serlo, puede serlo
y debe serlo. Y en esta condición
fundamental del hombre está la razón de ser de la propio
Política".
Si el hombre ha de participar
las responsabilidades
políticas,
necesario por tanto, que esté al
rriente en lo que se refiere a
participación. El indiferentismo

en
es
coesa
po-

lítico no está justificado desde
punto de vista
responsable.

un

Se ha venido hablando —y aún
hoy está de moda— de democracia
(o Democracia, pues hay quien dize
que Democracia es sólo una palabra que empieza por
mayúscula).
Normalmente,
se entiende por democracia el gobierno
del
pueblo.
Cada individuo, en la doctrina de
Rousseau, posee una fracción de la
zobercnía.
Rousseau
perscni'izaba
la soberanía en el ejemplo de Ginebra. Si ésta tenia diez mil habitantes, cada individuo poseía una diezmilésima parte de la soberanía. Es
la democracia individual en la que
la soberanía se actúa a través del
sufragio universal. Esta
democracia
individual, inorgánica, está hoy en
crisis como reconoce José María Gil
Robles. Este hecho se
demuestra,
según el citado autor en "Cartas
del Pueblo Español", por "a) El
abstencionismo
electoral, cuando el
pueblo considera que no ha de representar su voto un factor decisivo en la política del país, b) La crisis de los partidos políticos,
cuyos
efectivos numéricos, se reducen sin
cesar; el interés que inspiran a la
opinión parece cada día más escaso.
Se multiplican, en cambio, otras entidades asociativas, c) Las publicaciones periódicas
—nos
referimos
como es lógico, a los países donde
la prensa no está en manos de la
minoría que usufructúa el poder—
disminuyen su tirada o tienen que
perder contenido
político.
Adquieren, por el contrario, cada vez mayor influjo sobre la masa, la radio
ta televisión
y la prensa
gráfica,
que sustituyen
en buena parte las
ideas por el poder de captación del
sonido y de la imagen".
Creemos, que lo que ha ocurrido
es que el individuo se ha desengañado de la quimera de la democracia inorgánica y de que el "vota a
Pérez" no es participar y que de
la Democracia
al totalitarismo no
hay más que un paso que se recorre sin esfuerzo y que es senciUísimo pasar del poder absoluto
del
Pueblo, que es la democracia,
al
poder absoluto del Estado, que es
la tiranía y el totalitarismo. Si él
ha elegido a los que están en el
Poder, se sentirá más
"perfecto"
cuanto más "poderoso" sea el poder. Llega el momento en que el poder se hace omnímodo {Rafael Gambra Ciudad) cita el libro "Du Pouvoir" de Bertrand Jouvenel en "Eso
que llaman Estado", y donde
se

pretende
demostrar
que el poder
estatal, absorbente y opresor crece
siempre tan fatal e ineludible como
los seres vivos, y como ha sido el
individuo
el que lo ha elegido y
doctrinalmente
está dentro del Poder, no puede ejercer
"cortapisa"
porque no puede desdecirse. El mismo Marx —seguimos la exposición
de J. M. Gil Robles— que en principio se dirigió contra el Estado
del siglo XIX, que era
indiferente
"a la profunda desigualdad
social
que apenas pretendía encubrir una
ilusoria igualdad política",
pretende, para destruir las clases burguesas, servirse del invento de la democracia.
Creemos ver nosotros en el invento de la democracia
inorgánica
un instrumento
para la lucha de
clases y la lucha de los
partidos,
cuyo germen fue el liberalismo. Y
la democracia
al encadenar
un
egoísmo individualista
{el liberalismo es individualista
y el individualismo egoísta) no haría más que
continuar
la obra comenzada.
El
"Gobierno
del pueblo y para el
pueblo" que esgrimiera Lincoln, en
momentos
de euforia, no pasa de
ser una frase más, todo lo bonita
que se quiera, sin manifestar practicidad.
Frente a esta forma de democracia y partiendo de la doctrina tradizionalista
se distingue otro tipo
de participación
en las tareas del
Gobierno, que adquiere varios nombres, pero que vamos a denominar
representación orgánica, o democracia orgánica o social, aunque es
preferible el de representación
porque es más efectivo,
si esa representación es, claro está, de abajo
hacia arriba.
En la representación
orgánica, el
pueblo, la sociedad, está representada orgánicamente,
por grupos sociales, no individualmente
ni como
un todo. Son una serie de entes y
organismos
de base natural
que
agrupan individuos
con base territorial o profesional y que han de
defender sus intereses ante el Poder. Están fuera del Poder —ya que
este es la cumbre soberana de la
,Soóiedad
Política—
y ese "estar
fuera" les permite poderle exigir y
limitarle. El limitar el Poder ha de
hacerse desde
fuera y no
desde
dentro y el poder al actuar lo hace
a manera de diálogo con los representados. Como dice Conde "la representación
es un momento
del
mando". A través de ese diálogo,

esos grupos
sociales
dotados
de
autonomía actúan sus intereses en
una visión del bien común más amplia que la del individualismo,
al
mismo tiempo que ejercen un freno a la posible arbitrariedad
del
Poder. De esta forma el
individuo
a través de su orgánica o social articulación —familia, municipio, sindicato, región, etc.—, adquiere una
representación
en las Cortes,
que
si son verdaderamente
representativas constituyen
la mejor
defensa
de sus derechos individuales y sociales y la mejor forma de lograr
la libertad, ahuyentando
el fantasma de la lucha de clases, con una
progresiva conquista de la justicia ,
social, porque sin justicia social no
hay libertad ni democrazia
posible,
que ya dijo cierto autor ruso, Wichinsky:
"Desconozco
la libertad
que pueda tener un pasado norteamericano".
Los entes intermedios basados en
el buen gobierno de la Edad Media
y puesta -al día por la doctrina de
los Pontífizes y de los
doctrinarios
del corporativismo
son los que propugnan el carlismo y el falangismo.
Los carlistas,
a través de la defensa de los gremios
"acomodados
al tiempo presente"
como
decía
León XIII, de la defensa de la familia, del municipio, de la comarca
y de los fueros regionales
—como
gran manifestación
de la libertad
jurídiza—. Los falangistas —lo mismo en esencia— defienden
la representación a través de los cauces'
naturales de familia, municipio
y
sindicato.
Es ésta, por tanto, la democracia
orgánica la que creemos se adapta
mejor a la condición de animal social del hombre y al hacerlo a través de esos cauces naturales de asociación puede más eficazmente
defender un interés y más de acuerdo
con las doctrinas
del Vaticano II
y de la "Populorum Progressio" en
defensa del bien social.
La democracia orgánica es la natural, la inorgánica sólo se puede
seguir en parte, teniendo en cuenta que los partidos políticos no son
más que formas accidentales —artificiales— de asociación y que ésta
no debe constituir una forma de representación
propiamente
dicha y
únicamente es admisible en ciertos
casos en concurrencia con la orgánica y como medio de expresar un
estado de opinión.
Pablo NARANJO Y C I U D A D

GENTE QUE CUENTA

Mariano del Mazo, un periodista comprometido
<K

E1 antirregionalismo es un problema de
"Cada pueblo tiene su cuerpo y su alma.
mos una política española»
De los familiares de don Miguel
de Unamuno, sólo su nieto político,
Mariano del Mazo, se dedica a la
política desde una de sus múltiples
facetas: la prensa.
Palentino de 4 4 años, del Mazo
estudió Magisterio en su ciudad natal, Derecho en Valladolid y Periodismo en Madrid.
Vino a la capital de España en el
año
1961 para incorporarse c o m o
profesor en la cátedra de Derecho
Político de la Facultad de Ciencias
Políticas y Económicas de la Universidad Central.
Actualmente escribe en « E l Alcázar» y es corresponsal en Madrid
de «El Correo Catalán», de Barcelona; de El Pensamiento N a v a r r o ,
de Pamplona y de «La Noche» de
Santiago de Compostela. Es, además, miembro del Consejo Nacional
de Prensa.
LOS

lladolid y el clima bélico
dominaba en la Universidad.
En un momento dado, hubo una gran movilización. Se decía que nos complicaban en la guerra de un momento
a otro. Los alemanes estaban en los
Pirineos y nada podríamos
hacer.
En aquellos tiempos había muchos
germanófilos, pero también nos reuníamos
unos
cuantos
anglofilos
principalmente
carlistas. Y decidimos formar un grupo para incorporarnos a los famosos tanquistas de
Montgómery.
Llevábamos su retrato en nuestras carpetas
escolares.
Su figura épic nos
emocionaba.
UNA

H I J O S Y LOS LIBROS

Me recibe en su casa del Paseo
de La Habana rodeado de sus seis
hijos y de libros por todas partes.
— E s t o no es nada. En Palencia
tengo la mayoría de mi biblioteca,
pero como hoy construyen los pisos c o m o si fueran para solteros,
no hay forma de vivir desahogadamente. Cada vez que nace un nuevo
hijo tengo que enviar un paquete
de libros a Palencia.
Pasamos a otra habitación. ¿ S e
.acuerdan ustedes de los despachos
' y oficinas que salen en la película « E l proceso», de Kalfa? Pues
bien, el mismos desorden organizado : montones y montones de periódicos, revistas, folletos, libros,
cuartillas, archivadores, carpetas...
— T e n e m o s que andar con cuidado, pues al m e n o r tropiezo — m e
advierte— se nos caen encima los
tomos de «ABC» del año 1 9 3 0 .
Nos sentamos y empezamos la
entrevista.
— T u te consideras fundamentalmente periodista. ¿ E s t á s contento
con tu profesión?
—Lo
estoy. Es una profesión ttena de sorpresas y aventuras.
Llena de alegrías y angustias. Pero obsesionante y sugestiva. Para mí el
periodismo
es
fundamentalmente
un diálogo permanente
con la sociedad. Para lo cual hay que estar
siempre atento a este pueblo sensible del que formamos parte y al
que queremos
ayudar.
PERIODISMO Y A V E N T U R A
— H a s hablado de aventura. ¿ E s
ahora el periodismo en España una
aventura?
—En
cierto sentido, el periodismo siempre lo es. Pero desde que
en abril de 1966 hubo una ley de
prensa las ventanas se abrieron y

incultura»
Necesita-

todos hemos disfrutado de un aire
benéfico y del sol que tanto necesitamos.
— P e r o , la reforma del Código
Penal, ¿ n o reducirá el aire proporcionado por la ley de P r e n s a ?
—Yo
no creo que las nuevas disposiciones
—reforma
del
Código
Penal, secretos oficiales, etc.— impongan un régimen que reduzca las
libertades otorgadas por la ley de
Prensa. Pero sí crearán un clima de
temor. Y esto es lo que hay que
evitar, pues, de lo contrario,
tendremos una prensa insulsa.
— ¿ H a y en España una buena
prensa?
—La
prensa española
mantiene
una gran calidad. Y ha experimentado importantes mejoras en los últimos años. Pero yo la veo demasiado intelectual.
Se escribe
muchas veces para listos, para enterados. Con demasiada literatura. La
prensa tiene su lenguaje. Directo y
sin adornos. Y, ante todo,
tiene
que ser informativa. Y ahí es donde
veo más fallos. Muchos
acontecimientos no se informan bien. Y, en
cuanto a Hispanoamérica,
la información es muy pobre.
LA R E G I Ó N
— ¿ Y la prensa regional?
—España está tratando de superar, con tenacidad y entre grandes
incomprensiones,
la coraza centralista que nos impusieron el pasado
siglo los ilustrados
a
destiempo.
España no existe. Existen las Españas, tan diferenciadas,
con una

personalidad
tan definida y tan rica. Es esta riqueza lo que hay que
conservar y aumentar.
— ¿ L a s lenguas regionales?
—Las lenguas y todo lo demás.
La literatura, el folklore, el derecho,
usos y costumbres,
estructuras... y las garantías
administrativas. Pues sin éstas, todo lo demás,
siendo importante,
queda en muy
poco. En resumen,
lo
importante
son los fueros, las libertades
que
garantizaban
las autonomías
y la
verdadera
personalidad
de las regiones.
— Y esto ¿ e s factible?
—Lo
es. Pero tropieza con un siglo de prejuicios y de malos vicios.
El antirregionalismo
es un problema de incultura. No se trata de un
dominio político de unas
regiones
centrales
frente a otras. Se trata
de una falta de cultura que impide
a muchos comprender
las realidades de las Españas.
— P o r tu edad, no participaste en
Ir. guerra...
—En
nuestra guerra, no. Al menos, en las trincheras. Tenía yo catorce años cuando escribía a máquina y llenaba fichas en la Junta Carlista de Guerra de Palencia.
— C u a n d o dices que «en nuestra
guerra,, no», ¿quieres decir que
participarte en o t r a ?
—No,
aunque estuve a punto de
enrolarme en el VIII Ejército
Británico que mandaba
Montgómery.
— ¿ C ó m o fue eso?
—Estudiaba
yo Derecho en Va-

POLÍTICA ESPAÑOLA

— Y , volviendo a España. Mucha
gente se pregunta si este país es apto para la política...
—¿Cómo puede hacerse este pregunta! España, que ha creado naciones, que ha impuesto
el derecho, que ha proporcionado
cultura
y orden en cantidades ingentes,
les
acaso, de repente, un país menor
de edadl
— N o se puede negar, sin embargo, que hay mucho que hablar de
eso...
—Hay que hablar del pasado siglo,
donde, a la fuerza, se torció
nuestro destino con fórmulas extrañas, que no dieron fruto alguno porque no se llegaron a digerir.
— ¿ S o l u c i ó n política?
—Una política española. Es decir, de acuerdo con las realidades
españolas. No basta trazar planes
técnicos, propios para cualquier nación de subdesarrollo.
Cada pueblo
tiene su cuerpo y su alma. Y ambos
están presentes en todo. El político
habrá de interpretar esto y dejarse
de "libros", de fórmulas
magistrales e ir más a la realidad.
UNAMUNO
— ¿ Q u é opinas de Unamuno, tu
abuelo político?
—Fue
un hombre
preocupado
por la fe, por España, por tantas cosas... Y un hombre que vivió un
tiempo trágico. Pero su influencia
ha sido mayor que la de la mayoría
de sus coetáneos, por la fuerza y
el corazón que puso en su obra.
—¿Optimista o pesimista?
—Optimista. Para mí el optimismo no es una mera ilusión es la
conciencia de la vida. Y la vida es,
con altos y bajos optimista. Y yo
quiero
vivir.
— ¿ T u lema?
—"Festina lente", apresúrate lentamente...
Y lentamente m e voy, antes de
derribar
involuntariamente
cualquiera de los innumerables montones de libros.
TOSE-CARLOS

CLEMENTE






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