MonteJurra Num 17 Mayo 1966 (PDF)




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SOLUCIÓN PARA ESPAÑA

D I O S - PATRIA- F U E R O S - REY
EXTRAORDINARIO
A Ñ O II - S E M A N A R I O D E A C T U A L I D A D - N U M 17

19 6 6

MONTSERRAT
Es otra elevada cota, como Montejurra, dedicada a
la T r a d i c i ó n .
L a s altas c u m b r e s , c o n
aire m á s puro y l í m p i d o que
la a t m ó s f e r a d e las c i u d a d e s ,
le v a bien a la E s p a ñ a íntegra.

X
El 12 d e ¡ u n i ó los c a r l i s t a s y n o
carlistas,

todos

los e s p a ñ o l e s

de

mirada

Anii'(lililí

Moreneta".

LO G R O Ñ O

buena voluntad, acudirán al " A p l e c "
d e C a t a l u ñ a , b a j o la dulce
de

Nuestra

Madre

"La

T e m p o r a d a del 15 de J u n i o

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al 3 0 de S e p t i e m b r e

A f e c c i o n e s del

aparato

/ocomofor

-Reumatismo

Ciáticas

Traumatismo

-

Catilinaria
Carlista
por

eiitarentxoko

Cicerón hizo famosa su catilinaria.
Con él decimos nosotros:

NUESTRA

PORTADA:

S. A. R. Infanta
de las Nieves
Parma en

¿Hasta cuándo abusarás de n u e s t r a paciencia?
Porque Montejurra, es, dicho con gracia y verdad, por nuestro
Ilustre colaborador don Inocencio Zalba, el monte m á s importante
de España, e n l a actualidad.

María
Bortón

Y ocurre que recibió el d í a 8 d e mayo, "por p u r a coincidencia" la
visita de gentes d e toda l a Patria.

Montejurra

De aquellos que suelen ser clasificados, e n su mayoría, como "pueblo" o económicamente débiles.
Débiles, n o e n ideales y sacrificios, por l a Nación, débiles sí, en
posesión d e acciones, de grandes empresas industriales.

Año 1966. ¡Otro Montejurra! C a d a vez m á s apretado
y denso, de indudable mayor concurrencia y repercusión política.

Mineros d e Almadén y paisanos del Campo de Criptana, que saben d e las a v e n t u r a s de D o n Quijote; de la noble y heroica Aragón,
de C a t a l u ñ a y Galicia, este y oeste d e España, de las insulares Baleares y Canarias, de las provincias h e r m a n a s de N a v a r r a : Guipúzcoa, Vizcaya, Álava y Logroño, de Santander, d e Burgos, Madrid, Toledo y Cuenca; d e Asturias con mineros, compañeros d e trabajo del
Príncipe D. Carlos; d e las varias y alegres provincias andaluzas, d e la
tierra de los Conquistadores: Extremadura, de Valencia, d e Murcia...
y e n fin d e todas las Españas.

No es p a r a descrito. L a Monarquía Popular, l a Mon a r q u í a Carlista, llenando el m o n t e y sus laderas, así
como el pueblo d e Estella: vítores, euforia, optimismo
inigualable.
Tiene el acto de Montejurra l a arrogancia y sinceridad, n a d a menos y n a d a más, que el alzamiento del 36
en la plaza del Castillo.

Carlistas que según los datos recogidos pasarían e n n ú m e r o de
los ciento t r e i n t a mil.

Así es d e fuerte y de arrollador.
Comuniones, Misas, Viacrucis: DIOS.

Increíble t a n t o sacrificio desde lugares t a n lejanos, p a r a defender
u n Ideal.

Gritos incansables de i Viva E s p a ñ a ! : PATRIA,

¡Admirable! Hombres q u e provenían d e lo que Azaña llamó "burgos podridos" que siempre h a n sido l a salvación d e España.

Gentes de todas las regiones d e España, que, sintiéndose españoles son los m á s a m a n t e s de sus libertades y
derechos: FUEROS.

¡Qué hermoso es constatar la fidelidad del pueblo a la Monarq lía
Legítima!

Amor a l a dinastía legítima, representada p o r S.A.R.
Doña María de l a s Nieves, que sabe ya d e estos duros
caminos materiales, porque subió m u c h a s veces a Montejurra, recorriendo los que su abuelo I n f a n t e Don R o berto, Duque de P a r m a , hizo e n plena b a t a l l a : REY.
En nuestra portada h a n salido, en distintos números,
nuestras bien a m a d a s Princesas Doña Irene, e I n f a n t a s
Doña María Teresa y Doña Cecilia; nos cabe el honor
de rendir este pequeño homenaje a l a m á s pequeña de
nuestras I n f a n t a s Doña María d e las Nieves, del mismo nombre que nuestra egregia Señora, esposa del R e y
D. Alfonso Carlos.
Ascendió nuestra Infanta rezando el Viacrucis y siendo piropeada y a c l a m a d a frenéticamente, p o r los leales
carlistas, que presienten en las Personas de l a Real F a milia, el vínculo indisoluble del R e y con su Pueblo.

MONTEJURRA
NUMERO
Año I I - Núm. 17
Director:

EXTRAORDINARIO
Mayo 1966
Precio: 15 P t a s .
JUAN INDAVE N U I N

Dirección y Administración:
CONDE DE RODEZNO, 1 - APARTADO 254 - PAMPLONA
Impreso e n : GRÁFICAS NAVARRAS, S.A. (GRAFINASA)
MANUEL DE FALLA, 3 - PAMPLONA - D.L. NA. 205-1963

4*

Decimos ¿ h a s t a cuándo puede ocurrir q u e u n h e c h o d e u n a t r a s cendencia social, política e histórica de colosal fuerza, como l a que
relatamos, reunión de gentes excombatientes del t r e i n t a y seis, creadores de la Victoria y P a z que disfrutamos, que tiene raíz e n m á s de
siglo y medio d e persecución por defender la verdad d e la P a t r i a ,
puede ser ignorado p o r l a T . V. E. y la Prensa que se prodiga e n
r e l a t a r l a llegada del Real Madrid, triunfante y ello nos parece bien,
cuando relata e n estos mismos días u n a reducida concentración toledana, ¿ h a s t a cuándo? si la televisión n o r t e a m e r i c a n a viene a Estella y l a p r e n s a extranjera se ocupa del acto?
¿Hasta c u á n d o u n Príncipe que vive en palacio especial, sin pagar inquilinato, desconociendo nosotros l a orden ministerial o d e las
Cortes Españolas que lo autoricen se tiene que pasear libremente a n t e
la indiferencia e n muchos casos o la repulsa en otros?
¿ H a s t a c u á n d o otro Príncipe que no desciende de los que a b a n donaron la P a t r i a el 14 d e abril, sino precisamente de los que lucharon en M o n t e j u r r a contra ellos, como lo hizo su abuelo el I n f a n t e d e
España D. Roberto, Duque d e P a r m a , p a d r e de D. Javier, que ord e n a r a la movilización d e Requetés en julio del 36, h a s t a cuándo
este príncipe D . Carlos, a c l a m a d o frenéticamente e n M o n t e j u r r a n i
siquiera a t e r r e n o - t a n propio y acotado puede acudir?
¿Ño es a r b i t r a r i a desigualdad?
¿Acaso es admisible e n este Régimen la parcialidad y a p a r e n t e beligerancia d e ciertas autoridades contrarias al Carlismo?
Conviene advertirlo a n t e s d e que s e a t a r d e , p a r a la bienandanza
futura d e España.

V

*

Monarquía
Tradicional
por Raimundo d e Miguel

falseado, por ignorancia o por malicia, la idea de Autoridad, que como
poder moral y entrañable, se encuentra plenamente cumplida en la
Legitimidad.

Pocos conceptos políticos encier r a n un contenido doctrinal más rico y definido, a la vez que abierto,
que el de Monarquía tradicional.
La ciencia política que se enseña
habitualmente en las universidades,
viciada de un interesado formulism o liberal, califica a los regímenes
políticos como de monarquías, por
la mera apariencia externa que representa la existencia d e una persona coronada en su cumbre.
En esta agrupación anecdótica,
cabe lo mismo el Imán del Yemen,
que la Reina de Inglaterra, Felipe II,
que Napoleón, cuando son sistemas
políticos radicalmente distintos. El
término monarquía, queda así desnucleado y consecuentemente en
desprestigio y ya no es apto para
expresar la autenticidad de la idea
q u e entraña.
La monarquía hace referencia a la
radicación de la soberanía, a la sede
del Poder. Cuando éste se atribuye
a una legitimidad familiar dinástica,
estamos en presencia de una verdadera monarquía. Cuando por el contrario, se sitúa en la universalidad
de los individuos y se expresa por
el sufragio, a través del juego de los
partidos políticos, nos encontramos
con una democracia, con la soberanía popular y aunque ese «pueblo»
(peyorativamente entendido) coloque
pasajeramente a su cabeza una persona a la que le da el nombre de
rey. Este tipo de rey tan particular,
q u e como paradigma nos describe
Emilio Romero, a modo de cocinero, al que no le es permitido ni sazonar el guiso, ni retirarlo del fuego, aunque se queme.

Del concepto doctrinal serio de
las monarquías hay que barrer las
democracias coronadas. Actualmente, que tan confusamente se barajan las ideas y lo que es más grave
se tiene el poco valor cívico y dialéctico de precisarlas parecerá una
imprudencia política el repudio explícito de la democracia. Pero la
verdad no es otra, que la democracia, entendida con su carga roussoniana, como usualmente se maneja,
es totalmente opuesta a las monarquías. La forma constitucional monárquica, bajo la que se ha presentado en Europa a veces, el sistema
liberal-democrático, debe quedar
totalmente radiada del contenido
genuino de las Monarquías.

Pero por otra parte, el poder radicado en la legitimidad dinástica,
no es caprichoso. Aquí es el momento de rechazar otro falso concepto establecido en la ciencia política oficial. La consideración de la
soberanía como poder supremo e
inapelable d e orden positivo, dentro
de la organización del Estado, lleva
necesariamente a la justificación en
derecho, d e su extralimitación y
sirve para fomentarla, al identificar
el Poder, con la fuerza física de la
que el gobernante dispone, para imponer sus decisiones al subdito, bien
se funde en la voluntad de muchos
(mecánica d e fuerzas expresada por
la mayoría) bien en la de uno sólo
(arbitrio del tirano). Cuando este
concepto del Poder, unilateral y
mastodóntico, le aplicamos a la consideración de la forma monárquica
de gobierno, claro es que la presentamos como entregando al rey, junto con un cúmulo de facultades ilimitadas e irritantes, nuestra misma
dignidad de personas. Hemos así

Lo que doctrinariamente se ha dado en llamar monarquía absoluta,
no lo ha sido jamás en la historia,
por lo menos en nuestra historia.
Los reyes españoles, han sido los
primeros servidores de la ley, que
no se inventaron y que se movía entre los no m u y amplios márgenes de
la ley natural y divino positiva, por
arriba y las tradiciones y consentimiento del pueblo organizado y representado, por abajo. Propiamente
eran promulgadores de una costumbre, que con su refrendo elevaban a
ley y que eran los primeros en respetar.

Al rechazar el error de atribuir
por definición, al titular de la soberanía el disfrute d e un poder omnímodo, separamos del concepto
cierto de las monarquías, a los regímenes despóticos. Nunca se ha
pretendido al defender la institución monárquica —y menos por los
carlistas— consagrar un tirano. Y es
aquí donde encaja adecuadamente,
no ya como compatible, sino como
consubstancial, la idea de democracia con la de monarquía. Pero democracia, como oposición a arbitrariedad y como expresiva de la
verdadera representación popular
ante el Poder, según el exacto concepto de Carlos VII y de Pío XII.
Resulta por tanto obligado matizar el empleo del término monarquía, no de manera interesada, sino
como recta aplicación de los princi-

CARLOS

VII

una dinastía a su servicio. Monarquía, Legitimidad, Dinastía, son conceptos inseparables. La gran ventaja
política de las monarquías, la educación del príncipe, (nuestros autores políticos clásicos proliferaron
en obras sobre este tema capital y
no sin motivo) es como el nervio y
la sangre, que se inserta y circula,
entre las vértebras de la sucesión
monárquica para darles vida; y ello
no es posible sino dentro de una
Dinastía vinculada a aquellos principios y consciente de su misión política.
La fórmula de la Monarquía tradicional —Dios, Patria, Fueros,
Rey— no puede tener otra acepción
doblemente esencial y efectiva, que
la expresada por el Pueblo que con
su sacrificio la ha mantenido hasta
nuestros días y la consagrada por
la Dinastía que la ha encarnado en
la historia y que sólo por Insobornable —sobran con éste los demás
títulos— es la Legítima.
Y esa conjunción sólo se da en
Montejurra. Guste o no guste, las
piedras de Montejurra, son hoy,
las piedras de toque de la patria,
para descubrir autenticidades.

JAVIER

pios expuestos, para entender como
tal, tan solo a la que en doctrina se
le denomina monarquía templada.
Aunque a nosotros nos gusta más
referirnos a ella, como monarquía
tradicional.
Porque al llamarla así, no estamos haciendo una especulación de
gabinete, peligrosísima siempre en
política, sino que nos referimos a
algo real y vivido con experiencia
histórica en nuestra patria. Dejamos
así fuera toda generalización, porque consideramos como un absurdo
político la pretensión de uniformidad de régimen, para pueblos diferentes. Especulativamente, ciertos
principios en los que la monarquía
se funda —unidad y continuidad—
son universalmente buenos, pero su
aplicación a cada país puede ser
muy diversa e incluso contradictoria. Nosotros españoles, defendemos
algo para España, la monarquía tal
como ha sido entendida y se presenta depurada a través de nuestra
constitución histórica: la Monarquía tradicional.
Pero esta fórmula tan aparentemente concreta, está transida de
flexibilidad y apertura. La gran ventaja de un Ideario (aglutinante y
omnicomprensivo) sobre los programas de los partidos políticos (divisores y contingentes) está en que
el sistema monárquico, tal como
queda expuesto, no pretende imponer una configuración preestablecida a la nación, sino auscultar ésta,
para acomodar unos muy pocos y
amplios principios substanciales, al
acontecer cambiante de las diversas circunstancias. Así el lema, Dios
Patria, Fueros, Rey —sabio esquema de la constitución política española tradicional— no tiene más
pretensión, pero tampoco menos,

I

que aseguiar la permanencia de
unos fundamentos políticos inviolables, (sin los cuales la comunidad
social i}e que formamos parte se disuelve) a través de la función pública de la realeza, sin descender a
detalles contingentes o coyunturaÍes, para permitir su adaptación sin
tensiones violentas o quiebras, al
acontecer temporal. Así por ejemplo, el cambio fundamental en la
organización política y administrativa, que supuso el tránsito de la
casa de Austria a la de Borbón,
pudo realizarse sin trastornos serios, precisamente porque subsistían
intangibles unas ideas básicas, aunque mudasen profundamente las
condiciones de su aplicación.
Este Ideario (más puro y más
atrayente cuanto más alejado del
anecdótico problema cotidiano) puede agrupar como denominador común a todos los españoles de buena voluntad, sin agravio para su
aparente dignidad al aceptarlo, precisamente por su amplitud y sin
mengua ninguna de sus particulares soluciones, preferencias o preocupaciones, para las diversas cuestiones que el quehacer político ofrece. La oportunidad para la actividad
de «los partidos circunstanciales»
de que Mella hablara y el sincero
respeto a la opinión pública, cada
día más insistentemente postulada
por la Iglesia (y que el Carlismo
siempre defendió) tienen tan perfecto encaje en esta construcción, que
si se prescindiera del elemento
cambiante que suponen, vendría a
resultar artificiosa. Y es que la verdad y las posturas honradas admiten el contraste desde todos los
puntos de vista.
Pero ya se ve, que esta monarquía
tradicional, carece de sentido sin

Don Carlos, Príncipe de Asturias, en el momento de recibir una
lámpara obsequio de sus compañeros
de trabajo de una mina
asturiana.

NOTA MARGINAL

Opinión pública y

La política española
por

Antonio

La problemática política nacional m á s viva, se p l a n t e a en la actualidad en dos vertientes bien definidas, con su perfil muy acusado.
Sobre el Régimen que ha de suceder al que tenemos hoy y quién
presidirá ese futuro Régimen.' Todo ello, se comprende, para aquel
día, en que falte Franco.
No creo que los españoles deben
discutir sobre la p r i m e r a parte de
la cuestión, es decir, si España ser á Monarquía o República. Hay
un plebiscito p l e n a m e n t e vigente
en buena lógica política y de tiempo, y aquel plebiscito dijo que Esp a ñ a sería u n a Monarquía, y por
declaraciones fundamentales estamos constituidos en Reino y definidos p a r a el m a ñ a n a como u n a
Monarquía TRADICIONAL, S O CIAL y REPRESENTATIVA. Existen, además, si n o fuese bastante
la razón plebiscitaria, unas const a n t e s históricas, y a ú n diría que
psicológicas, que aconsejan de u n a
m a n e r a evidente el Régimen m o nárquico como el mejor p a r a los
españoles.
No niego que existe u n descrédito de la Monarquía. Nuestra P a tria h a padecido d u r a n t e casi siglo
y medio, el último siglo y medio,
algo menos, concretando, desde Doñ a Isabel (llamada Isabel II) h a s t a Don Alfonso (llamado Alfonso X I I I ) (con mi mayor respeto
siempre hacia las personas y sus
intenciones) u n estilo de Monarquía realmente decepcionante. De
a h í el poco e n t u s i a s m o monárquico que alienta en la sociedad española. Fueron unos reinados que
no construyeron, d u r a n t e ellos se
produjeron fracasos enormes en las
estructuras nacionales. La Monarquía Liberal llevó al país por caminos que tuvieron como fin el 14
de abril de 1931 en que Don Alfonso, último Rey de hecho, reinante
en España, a b a n d o n ó por el puerto de Cartagena la Corona d a n d o
e n t r a d a a la devastadora República de trágica recordación.
Esa Monarquía que conocen muchos españoles, o que h a n oído hablar de ella las generaciones n u e vas, n o es la auténtica, la genuina

M.°

SOLIS

GARCÍA

Monarquía, la que puede conseguir
el bienestar de todos los españoles, es decir, la Tradicional, Social
y Representativa, la Monarquía
POPULAR que viene propugnando el Carlismo desde hace siglo y
medio aproximadamente. Monarquía que hoy se e n c a r n a en l a augusta persona de Don Javier de
Borbón-Parma, y en la gran esper a n z a del Duque de Madrid, su hijo. Es esta la Monarquía españolísima del PUEBLO y PARA EL
PUEBLO que h a de continuar la
gran t a r e a nacional comenzada el
18 de julio de 1936.
Sobre la persona del futuro Rey.
Uno quiere decir, con ánimo de
colaboración, minúscula colaboración, en esta labor ingente en que
está trabajándose, de la Institucionalización, colaboración a la que
uno cree que estamos llamados t o dos los españoles, que la Persona
Real que h a y a de ocupar el Trono
de España, en su día, deberá poseer aquellas tradicionales e insoslayables legitimidades de origen
y de EJERCICIO, m á s u n a vinculación absoluta, S I N FALLOS, a
la e n t r a ñ a sustancial del 18 de J u lio. Se precisa que el Sucesor de
Franco, sea un L Í D E R , u n CAUDILLO, y n u n c a u n rey fantasma
que ni reine ni gobierne o poco
menos. Que si bien es cierto que
las Instituciones que conformen la
Monarquía h a n de ser sostén, soporte y AUXILIO de la Institución
y del Monarca, n o empece esto p a r a que minusvaluemos la importancia inmensa que tiene que el
Monarca reúna u n a s cualidades tales que UNIDAS a las Instituciones
firmes que se establezcan produzcan un Estado seguro de sus destinos, u n a E s p a ñ a que pueda pisar firme en el concierto de las
naciones.
Esa persona real existe: Don J a vier y su hijo el Príncipe de Montejurra, Carlos de España, Duque
de Madrid, son, a m i modo de ver,
la gran solución p a r a el porvenir.
Así nos ayude Dios. Y santa María.
Medina del Campo, 15 de mayo
de 1966.

m o r a l i d a d política
Estamos en unos tiempos en que,
poseer los resortes de la formación
de la opinión pública, es poseer u n
a r m a m á s poderosa que todos los
ingenios nucleares. Sabido es el
nombre con que se h a bautizado
a la prensa: el cuarto poder.
Se p o d r á n encontrar nuevos ingenios, a cual m á s terrible y demoledor; pero, en definitiva, quien
va a Induicr a quien va a presion a r su utilización, será la opinión
pública previamente p r e p a r a d a y
madura, por los canales educadores. En los países de partidos únicos, la técnica de su formación es
sencilla: se limita a t e n e r u n buen
equipo técnico que programan, p r e p a r a n y lanzan el tópico, "el slogan" o la imagen deseada. Lipm a n señala que se logran de este
modo "pictures in our h e a d s "
—imágenes y tópicos—, así la m a sa queda i m p r e g n a d a y los modelos propuestos adquieren subsistencia y se imponen con fuerza propia, donde pasó a "slogans" q u e
empiezan a tener vida independiente, y que, a r r a s t r a n d o a la m a s a ,
pasan sobre su mentalidad. Derivan de a h í "Opiniones en las cuales se cree".

Esta técnica evita al hombre contemporáneo el esfuerzo de p e n s a r
por su cuenta, cayendo en la exaltación y la exageración de la credibilidad: sustituye al dogma por
l a "doxa". Las noticias que se suministran, están d e acuerdo con el
tópico o con el clisé deseado y facilitado. El h o m b r e de hoy es obligado a comprar el producto que
se anuncia.
L a manifestación del tópico se
ve favorecido, acaso, por la falta
de tiempo del h o m b r e contemporáneo, que sigue inconscientemente
los llamamientos de la propaganda,
y h a hecho abrigar esperanzas excesivas. Goebels dijo que la m a s a
es p a r a el líder, como la piedra
p a r a el escultor.

Observa C a r r q u e "la sociedad
presente está compuesta por masa
de gente mal coordinadas y muy
estratificadas, ocupadas, en su m a yoría, en la diaria lucha por la
existencia. Los líderes de la n u e va democracia se ocupan más de
modelar y manipular la opinión,
que de darle oportunidades de reflexión". De ahí, podemos ver la
extraordinaria importancia e influencia que los escritores y periodistas ejercen sobre la opinión pública, pero, como nos recuerda Pío
X I I al Congreso Internacional de
la Asociación de la Prensa Latina, son pocos los lectores capaces
de criticar completamente el texto que se les pone delante; esper a n que el cronista interprete el
hecho... pero la interpretación —y
aún la simple exposición— pueden
ser parciales, tendenciosas o malévolas...
L a interpretación de la noticia
es de este modo u n a de las a r m a s
o instrumentos de la formación de
la opinión pública, y como los regímenes políticos necesitan el apoyo de ésta, se tiende hacia u n a interpretación ideológica de l a actualidad.
El Estado, si es democrático, es
quien debe g u a r d a r el libre juego
de la opinión y debe velar p a r a
que ésta no sea deformada u ocultada. Pues n o sólo en la deformación está el fraude, sino que t a m bién en la omisión; hecho este ú l timo, bastante corriente y aceptado como normal, en los regímenes
monopartidistas.
L a inmoralidad de la formación
de la opinión pública, n o se h a l l a
t a n sólo en oprimir la libre opinión,
ni en secuestrar la t i r a d a de u n
semanario, ni c o m p r a r a corresponsales extranjeros, ni t a n siquier a en la ocultación de u n hecho
evidente, sino que también en el
uso que de ella se h a g a y el matiz
político que se dé a la misma.
Josep NIELLA

M o n a r q u í a sí,
pero la del pueblo

MONTEJURRA

1906
Más de cien mil españoles se reunieron en el Monte de la Tradición.

La Infanta Doña María de las Nieves presidió los actos celebrados
en la cumbre.

FELIU: La Monarquía o es católica,
popular y representativa o no
es nada.

DE MIGUEL: ¡Montejurra, libertad! Grito de un pueblo que desea expresar la verdad a los
cuatro vientos.

ZUBIAUR: Queremos para todas
las Regiones de España la reintegración foral plena.

VALIENTE: «El planteamiento que
se está dando al problema Monárquico en España es una provocación para la Nación».

Evocación religiosa a nuestros héroes...
Montejurra se creció en este a ñ o
1966. L a j o r n a d a record de afluencia de público. U n a p r u e b a más de

que el Carlismo es vida y siente el
calor y la fuerza d e unos ideales
imperecederos.

ESTELLA
La Ciudad del Ega no durmió la
noche del sábado. F u e u n a noche
de calle; u n pregón al entusiasmo
que asonaría al a m a n e c e r .
Guipúzcoa trajo 119 autobuses,
autocares por t o d a s p a r t e s e n t r e
cientos y cientos d e turismos. La
hospitalidad de Estella no podría

con el enorme caudal h u m a n o . Circulación estática m i e n t r a s I r a c h e ,
Montejurra, Estella, Dicastillo, se
l l e n a b a n de vida. Vehículos a b a n donados p a r a iniciar el día en la
planicie de Irache. G a r a j e s al aire
libre sin atenciones n i cuidados.
Los cuidados se h a b l a n e n c a m i n a do hacia m á s arriba.

A C T O S EN
Sobre las nueve de la m a ñ a n a
llegaba a I r a c h e don José Maria
Valiente, jefe delegado d e la Comunión, a c o m p a ñ a d o de la J u n t a
de Gobierno.
Media hora m á s tarde, la p r e sencia de la Princesa d o ñ a M a r í a
de las Nieves Borbón P a r m a , a la
que recibieron, el señor Valiente,
la J u n t a de Gobierno y la Comisión de la J e f a t u r a Regional de
N a v a r r a . L a Princesa venía acomp a ñ a d a de don Ricardo Ruiz de
Gauna.

Junto a los muros del Monasterio de Irache, la Infanta de España Doña
María de las Nieves, pasa revista a los requetés que le rindieron
honores.

U n a jornada dominguera llena
de esplendor. Estella, Irache, Mon.
t e j u r r a se l l e n a r o n de boinas rojas. Una fiesta con vísperas solemnes en homenaje a nuestros ideales. El sábado fue u n día de aje
treo e n Navarra y en las inmediaciones del m o n t e d e la Tradición.
Autobuses d e todos los puntos de
España, desfiles de requetés llenos
de entusiasmo y lealtad. Todo u n

triunfo en asistencia. La P r e n s a
española a p u n t a b a m á s de cien mil
personas las asistentes a los actos.
Y como apoteosis a u n a j o r n a d a
perfecta en su organización, la p r e sencia

de la

Princesa

Maria

de

las Nieves. Ella presidió los actos
y e n t r e vítores calurosos recibió la
adhesión de todos los presentes.

IRACHE

de honor, formada p o r secciones
c'.el Requeté de Azpeitia, Cádiz y
S a n t a n d e r y m a n d a d a por el oficial de requetés, don Eloy Ruiz.
Dos b a n d a s de c o m e t a s y t a m b o res complementaban a la compañía
de honor. Miembros de la Comisión
de la J e f a t u r a Regional de Navar r a a c o m p a ñ a r o n a la Princesa en
la revista. A su lado vimos t a m bién al teniente coronel don Pedro Lacave.
Acto seguido se procedió al rezo
del rosario con las cruces de los
Tercios y las banderas al frente.

Mulares de Carlistas vibraron en
entusiasmo. Alegría desbordadora,
vítores, salutaciones a la Princesa,
a las que Doña M a r í a de las Nieves
correspondió con el m a y o r cariño.
U n r a m o de flores, engarzadas en
u n a cinta con los colores nacionales, en u n a s m a n o s serenas de u n a
Princesa joven y llena d e jovialid a d y simpatía.
Las p u e r t a s de la iglesia estaban
abiertas p a r a recibir a la I n f a n t a
en medio de u n caudal h u m a n o .
Asistió a la m i s a oficiada por el
eterno descanso de las almas de
los generales Mola, Sanjurjo y
Várela. Después del acto religioso,
Doña Maria de las Nieves ofreció
u n r a m o de flores a S a n t a M a r i a
la Real de I r a c h e . Y a e n l a planicie, pasó revista a u n a compañía

Pedro Ramón Arregui
pronunciando
su discurso en la cumbre.

y firme adhesión a nuestros principios:

Monarquía Tradicional, Dinastía Legítima

MEDIODÍA
L a j o r n a d a se iba desarrollando con la mayor emoción y n o r m a lidad. A la hora de comer se celebró el tradicional almuerzo en el
"Oasis". Asistieron unos quinientos comensales. Presidieron
las
autoridades nacionales y regionales de la Comunión.
Posteriormente, e n la Plaza de
los Fueros de Estella, el grupo de
d a n t z a r i s del M u t h i k o Alaiak int e r p r e t ó distintos bailes regionales. Sonaron los aplausos e n m u .
enísimas ocasiones.
A las 5 de la t a r d e se celebró el
a n u n c i a d o Acto Político e n la Plaza de los Fueros, en el que hicieron
uso de la p a l a b r a destacados oradores, siendo ovacionados todos
ellos. De los discursos damos a con.
tinuación reseña completa d e los
mismos.
E s de agradecer a cuantos h a n
h e c h o que el a c t o fuera perfecto.
Servicios de altavoces emisoras,
servicios de orden, Policía de T r á fico, Policía Urbana, Ayuntamient o y en general, a c u a n t a s person a s h a n intervenido e n la organización que, repetimos, fue perfecta.
Bella escena en Dicastillo; nuestra Infanta Doña Maria de las Nieves
cedida de un espontáneo "pelayo". La tradición no muere.

La Princesa rezaba fervorosamente
y se sumaba t a m b i é n al Via Crucis.
Bonita e s t a m p a la del desfile

HACIA

LA

pre-

presidido por d o ñ a María de las
Nieves desde u n a tribuna. Los T e r .
cios de Requetés le rindieron honor cuando p a s a r o n j u n t o a ella.

X

Lleva varios años
indefectiblemente
asistiendo a Montejurra este escocés, con su traje típico, con la sola
modificación
en la
indumentaria
tradicional
que el tocarse con la
"chapela gorria".

CUMBRE

DE MONTEJURRA
Una m a ñ a n a soleada. La muchedumbre enfiló h a c i a la cúspide
de la m o n t a ñ a de la Tradición r e zando el Via Crucis. Es la oración
por los requetés muertos e n la
Cruzada y por todos los m á r t i r e s
de la Tradición. Por los que cayeron, en una palabra, en defensa del
ideal. Dirigía la piadosa oración
don Joaquín Vitriain, capellán de
la H e r m a n d a d . Más t a r d e celebró
la Misa en la E r m i t a de la cumbre. D u r a n t e el S a n t o Sacrificio
el presbítero n a v a r r o don J a v i e r
Lorente. que fue durante la guer r a oficial del Tercio de San Miguel, se encargó de d a r las oportun a s consideraciones piadosas con
su palabra. L a enorme m a s a de
fieles rezó el Credo en voz alta.

Un acto de v e r d a d e r a emoción. La
sonoridad de millares de voces, al
unísono, tuvo eco m u y lejano. Y
m á s t a r d e , e m o c i o n a n t e la comunión de la Princesa. Al final de
la misa dirigió u n a s palabras el
capellán de la H e r m a n d a d .
Después del a c t o religioso, —se
había rezado ya el responso— don
Pedro R a m ó n Arregui pronunció
u n a s palabras glosando los valores de la Tradición.
Los actos h a b l a n finalizado en
la cumbre. La Princesa se dirigió
a Dicastillo e n "jeep", a c o m p a ñ a da de varias personalidades, donde
fue obsequiada en casa de los señores de L a n d a y de Barbarin. P o co después a b a n d o n a b a Dicastillo
en automóvil.

Tierra adentro ¿cabe la marina de guerra? Véase la muestra de dos marinos en Montejurra, que cuelgan su gorra de plato, como una aureola,
para cubrirse con la boina roja.






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